Dicen los del Concello de Arbo que sus "pesqueiras" son un patrimonio único, construcciones pétreas impactantes que abrazan el rio... y que por eso merece la pena ir hasta allí a descubrirlas. 

No sabemos bien cuándo, con esto de restricciones en Portugal, restricciones en España y otras restricciones...cuándo realmente podremos ir como antes, libremente, sin cortapisa alguna, pero es verdad, en cuanto se pueda, Arbo es uno de los destinos primeros a tener en cuenta; para ir y pasar unos días por todo lo alto. En cualquier época del año es un excelente destino, pleno de paz, sosiego, extraordinaria naturaleza, buena mesa, excelentes vinos... y la lamprea, incluso ahumada, que no falte. 

Esta peste que nos asola a todos, ha asolado el año pasado y este, a los pescadores de la lamprea. Se vino cotizando muy a la baja; la actividad en la hostelería se ha ido a pique y... no fue este pasado invierno nada extraño ver a particulares comprando lampreas a precios bajos para condimentarlas en sus casas, a falta de la tradicional cita en un restaurante. Por eso, en cuanto sea posible, habrá que ir a Arbo, para desquitarnos de 2 inicios de año perdidos... Habrá que ir a la lamprea dos veces por año, para recuperar, al menos durante 2 años, el tiempo y el gran sabor perdido...

"As Pesqueiras", patrimonio único de Arbo, en su abrazo al Miño...

En el Rio Miño, sobre las márgenes fluviales, aparecen en la zona de Arbo unas majestuosas e imponentes  construcciones en piedra que acaban por abrazar al padre Miño, llamadas “Pesqueiras” o "Pescos”.

Estas construcciones líticas son la realidad física del paisaje fluvial del río, antes de constituirse en el baixo Miño. "As Pesqueiras” son un prototipo de asentamiento entre su forma y su función; una síntesis perfecta entre arquitectura e ingeniería que solo pueden verse en esta zona -y sus proximidades- del curso del ya casi baixo Miño, especialmente en el término municipal de Arbo.

"As Pesqueiras” conforman parte de la cultura, de las tradiciones y del modo de vida de bastantes personas que tienen sus hogares en Arbo. Durante muchos años “As Pesqueiras” y con ellas la pesca de la lamprea y algunos otros peces , formaron parte de la vida laboral y la economía de no pocos arbenses.

La tradición de la pesca de la lamprea cuenta con siglos de antigüedad. Lo podemos apreciar en las "Pesqueiras" que los romanos nos dejaron desde su ingenio, estratégicamente situadas a la orilla del río.
Estas construcciones, de indudable interés arquitectónico y etnográfico, en Arbo se siguen actualmente  utilizando para la captura de la lamprea, empleando una técnica ancestral, artesanal, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, tal y como hacían los antepasados.

Para los antiguos romanos este manjar de la lamprea estaba reservado a sus emperadores y nobleza. Hoy, todos podemos disfrutar de esta delicia que nos ofrece el Miño, degustando la lamprea en todos sus estilos durante todo el año en los Restaurantes y Casas de Turismo Rural de Arbo.

“As Pesqueiras” forman parte de la arquitectura tradicional de Arbo; pero -también- son parte de unos determinados valores culturales y sociales. Valores que constituyen una identidad propia, haciendo de Arbo una zona única y rica en cuanto a cultura popular. "As Pesqueiras son construcciones únicas y para nosotros unas verdaderas joyas que hemos heredado durante generaciones, en forma de auténticos monumentos situados en ambos lados del Rio Miño", refiere el alcalde de Arbo, Horacio Gil.

Las "Pesqueiras” -con forma de paralelepípedos- se componen de varios cuerpos llamados "Poios", dispuestos en posición paralela o en batería respecto al curso del río. Entre los "Poios", existen estrechos callejones por los que se deja discurrir el agua del río, además de conformar el espacio suficiente para colocar el “buiturón”. El “buiturón” es una red cónica con la que se pescan las diferentes especies piscícolas del rio Miño, en especial la lamprea.

Las dimensiones de las “Pesqueiras” varían según las exigencias topográficas y del nivel de agua de cada tramo del río; sin embargo, cada "Poio" suele tener una medida estándar de dos (2) metros de ancho, cuatro (4) o cinco (5) de largo y entre cuatro (4) y seis (6) de alto.
Los "Pescos" se arman desde enero hasta mayo o junio (depende del año). La pesca de la lamprea se hace durante la noche, y es preciso revisar el estado de las redes por lo menos, cada dos horas.

Jurídicamente, las “Pesqueiras” forman parte de un régimen de propiedad de herederos, como otras tantas construcciones comunales en la Galicia rural, como molinos y arroyos. Una "Pesqueira" puede ser propiedad de una sola persona o de una familia, pero lo más habitual es que sean propiedades colectivas (de varias familias).

Las “Pesqueiras” constituyen parte inseparable de la cultura, de la tradición, de la sociedad y del entorno natural y paisajístico del Ayuntamiento de Arbo. Reportan, también, unos valores inherentes y únicos que conforman en gran medida la identidad de los arbenses como pueblo.

En Arbo, puedes conocer más de cerca "As Pesqueiras"  caminando o dirigiéndote a través del "Sendero de Pescadores" o la "Ruta das Pesqueiras". No dudes : cualquier época del año es buena para visitarlas y tomar conocimiento in situ de lo que lleva ahí siglos instalado desde las orillas y sobre el río.

Fotografías : gentileza del Concello de Arbo )