La lejanía no impide el recuerdo permanente de Nuestra Señora. De esa su tierra de las Villuercas, de Guadalupe, de las serranías de una Extremadura siempre entrañable y nunca extraña, como sus gentes, como sus paisajes, como la espiritualidad de un lugar maravilloso, que se añora en la distancia, pero que en lo más profundo del corazón, siempre se siente.

Y en estos atribulados tiempos más que nunca : Santa María de Guadalupe, ahora y siempre.

Nuestra Señora de Guadalupe (Cáceres)