Cuadro de Zurbarán existente en la sacristía
del Real Monasterio de Guadalupe
En esta sección de "Espaço Global", recogemos ahora apuntes, opiniones expresadas por viajeros que acudieron en ocasiones -como nosotros- a Santa María de Guadalupe, en la provincia de Cáceres.


GUADALUPE / MADRID.- Había sido una ruta larga aquella que nos llevó por los caminos de los Conquistadores. Bellos pueblos que, con enclaves medievales, te hacían pensar en antiguos cánticos conventuales y hombres con afán de descubrimiento y conquista.... 

El coche avanzaba clavándose al asfalto de la moderna vía que nos llevaba al icono de la belleza escondida en medio de la sierra y del río Guadalupejo, que da nombre a esta belleza en forma de pueblo que jalona su historia con nombres ilustres ... ¡qué hermosura!... una vuelta de la carretera y de pronto los ojos quedan clavados en aquel gigante pétreo que es el fin de muchos peregrinos de la Virgen Negra.

Camino de castaños que en aquel frío diciembre adornaban las cunetas modernas que nos llevaban a otro tiempo de la historia y el destino estaba ya cerca: el Monasterio y su Hospedería. La llegada a la gran escalinata se vio adornada con bodas celebradas a los pies de la Virgen, una costumbre del lugar; una fiesta continua en los fines de semana... Frente por frente colocada ante la fachada de la mole impresionante, nos adentramos en su visita; aquella noche iba a ser especial puesto que la pasaríamos en la Hospedería... y con ansias deseábamos que las oscuridades se apoderaran de la sierra y dejaran que las luces del siglo XX iluminasen la belleza del siglo XV.

La historia nos es conocida; la historia de Guadalupe también se ve ilustrada, profundamente marcada por la aparición de la Virgen a unos humildes pastores que dieron la voz de alarma sobre unos prodigios que se estaban produciendo por la comarca. 
Esta virgen negra apareció sobre el siglo XII y recibió el nombre inicial de Morenita de las Villuercas que es el nombre de la comarca, sin embargo más tarde se quedó con el nombre de Guadalupe. Se vió incrementada la devoción que despertaba su imagen de tal manera que en tiempos de Alfonso XI se decidió comenzar a construir el Monasterio, con la firma de la Virgen en la victoria de la Batalla del Salado. 
El puente, bajo autorización del Obispo de Toledo, fue el hecho definitivo que marcó el nacimiento del pueblo de Guadalupe y motivo para que los peregrinos pudiesen llegar hasta los piés de la venerada imagen. Y es así cómo se convierte en lugar de peregrinación no sólo para aquellos que daban gracias por enfermedades curadas, sino también para los que volvían de las Américas vivos y salvos. 
Frente a la fachada del Monasterio se puede ver una fuente donde eran bautizados los indígenas que Colón trajo del Nuevo Mundo, ya que el Almirante estuvo varias veces en Guadalupe; lo mismo ocurrió con Cortés y más conquistadores, reyes, arzobispos y nobles....

El monasterio llena su espacio vital de tal modo que es el lugar primero que visitar. La antigua escuela de medicina y farmacia se encontraba en este lugar y la visita es obligada para poder ver durante una hora todo lo relacionado con estas artes. Destaca también la sala o Museo de los Bordados. La Sala Capitular contiene una de las mejores colecciones de libros miniados. El altar mayor; las tumbas de los Reyes como Enrique IV o María de Aragón y la sacristía con los cuadros de Zurbarán que según dicen los expertos es la más bella de España (ver cuadro de Zurbarán en imagen adjunta). 
Los tesoros o regalos que recibe la Virgen forman su arca particular. Devotos fieles de todas las clases sociales han dejado aquí su firma en forma de figuras o paneles, aún cuando en tiempos de la invasión francesa se perdieron muchos de éllos. Destacaremos aquellos que quedaron bajo sus techos: el Libro de Enterramientos del s. XVII, el de Rezos de Isabel la Católica y muchos códices; sumamos a éstos la partida de bautismo que fue la primera registrada en España con fecha de 1496.
Naturalmente tenemos que visitar el Camarín de la Virgen donde solamente un guía sacerdote nos dará a conocer de cerca la milagrosa Virgen. 

Y saliendo al exterior nos damos un paseo por sus calles tan típicas, llenas de empedradas hileras y esos aleros que nos ampara cuando la lluvia hace acto de presencia en el lugar... 

-X. Woman, escritora sobre viajes en Ciao.com