Para Begoña Íñiguez : quando "Portugal tem mais encanto na hora da despedida"

Querida Begoña Íñiguez :

He leído esta mañana, en las redes sociales, tu tweet de despedida como importante corresponsal que, desde hace 17 años, eras de la Cadena Cope y La Voz de Galicia, en Portugal, con sede en Lisboa.

He sentido tristeza. Porque toda marcha, por lo general, encierra dosis -mayores o menores- de tristeza. Para quien abandona lo que hasta ahora hacía, pero también para los que seguíamos lo que tu hacías, el sentimiento, el alma que ponías en todas tus crónicas.

Ni la Cope, ni La Voz de Galicia podían haber tenido en estos años mejor corresponsal en Portugal. Porque tu -y esto es muy importante- nunca fuiste una corresponsal-paracaidista, una corresponsal tan al uso por ahí adelante... Tu te empapaste de Portugal desde el primer día, te integraste en Portugal como muy pocos españoles han sabido hacerlo; y el resultado fue que -ese afán por querer ser y estar- lo plasmaste en tus crónicas siempre.

Es por eso que tu marcha supone para Portugal una gran pérdida. Suena esta frase a rimbombante, a exagerada. No lo es. Los que amamos Portugal, los que llevamos décadas tratando de acercar Galicia (España) y Portugal en lo que modestamente hacemos cada día, teníamos en ti, querida Begoña, uno(a) de los nuestros(as). Porque al escuchar en la Cope tus crónicas, al leer en "La Voz" tus reportajes, no podíamos por menos que vernos reflejados en tu esfuerzo personal. 

Durante 17 años, haciendo lo que quien te suceda, probablemente, no hará... has contribuido y mucho a que la realidad ibérica se hiciese presente en muchísimos momentos. Por eso hoy, al saber que dejas lo que estabas haciendo, solo podemos sentir tristeza y agradecimiento. Tristeza porque es una pérdida probablemente irreparable; para Portugal, primero, pero también para Galicia y España, porque pierden igualmente a quien mejor podía comunicar lo que en Portugal sucede; porque para contar con propiedad lo que en Portugal sucede, primero hay que empaparse de Portugal; y para empaparse de Portugal hay que querer, hay que sentir, hay que amar al territorio y a las personas, su historia y su día a día... Y eso tu lo tuviste bien presente desde el primer día.

Hoy, el Tejo (ante el que posas en la foto) baja hacia su "Mar da Palha", en sus 23 kilómetros del punto más ancho, como deslucido, no trae el brillo y resplandor de otros días. Tal vez porque sabe ya que es la hora de la despedida.

Pero no solo Lisboa añorará tus crónicas. Todo el país, del que tanto y con tanta propiedad y bien documentada hablaste tantas veces. La causa de los dos países hermanos pierde hoy, con tu marcha, a una gran valedora. Una pena, pero si otros desempeños, otras ocupaciones, que supongan mejora para ti y los tuyos, llevan a esto... ¿qué otra cosa se puede hacer que respetar esos designios y desearte, como bien mereces, todo lo mejor?.

Dejémoslo aquí, querida Begoña Íñiguez. Los portugueses que te leían de vez en cuando en el "Diario de Notícias", o te escuchaban cada semana en la Renascença en la tertulia de los corresponsales extranjeros; o te veían de vez en cuando en la televisión SIC en aquellos animados análisis... también te van a echar de menos.

Es la hora de la despedida. E imagino lo que para ti ello supone. Tanto que bien podrías hoy parafrasear la balada eterna de "Coimbra tem mais encanto" escrita por Fernando Machado Soares (ilustre jurista que era de la ilha do Pico...).

Portugal tem mais encanto
Na hora da despedida...

Que as lágrimas do meu pranto
São a luz que lhe dá vida...

Quem me dera estar contente
Enganar minha dor
Mas a saudade não mente
Se é verdadeiro o amor...

Não me tentes enganar
Com a tua formosura
Que para além do luar
Há sempre uma noite escura...

Portugal tem mais encanto
Na hora da despedida...
Hasta siempre, Begoña Íñiguez. Gracias por lo que hiciste.
Tus amigos no te olvidaremos y amigos de verdad seguiremos siendo.
EUGÉNIO EIROA

Begoña Íñiguez
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