Pura y dura realidad. Y no se nos cae la cara de vergüenza en España, con esta Renfe (su dirección) egoísta y caprichosa que tenemos, que está tan lejos de ser un servicio público ferroviario. Primero fue el gran Carlos Cipriano, el português experto que más y mejor conoce de trenes, quien denunció la situación varias veces... cómo Portugal está convertido lamentablemente en una especie de isla, un aislamiento de un territorio ferroviario... Ahora, un experto inglés denuncia abiertamente el caso tras estudiar a conciencia la situación de comunicación ferroviaria con Portugal. 

Es intolerable, ciertamente. Pero también es la demostración ostentosa de la chulería, del desprecio, del mirar por encima del hombro al vecino, que ciertos españolitos protagonizan, más aún cuando ejercen responsabilidades y toman decisiones que pueden perjudicar a tantos... en este caso no solo a los portugueses, también a los muchos españoles que no miramos a Portugal con altanería, jamás por encima del hombro, siempre de igual a igual...