Falleció este miércoles, en su casa de Cangas, rodeada del cariño de todos los suyos, doña Pilar Franco García, viuda de don Ángel Villar Blanco. El matrimonio, muy popular y querido en Cangas do Morrazo, infelizmente, se nos ha ido en el corto plazo de poco más de un año. Primero fue Ángel Villar, inolvidable gran paladín de muchas causas deportivas en Cangas, ahora ha sido su esposa. Ambos integraron un ejemplar matrimonio, enormemente unidos y siempre colaborantes entre ambos en toda cuanta iniciativa se proponían.

Pilar Franco García era hija de un inolvidable electricista sevillano que llegó a Cangas en los tiempos en que la empresa conservera de Massó Hermanos necesitaba personal cualificado para sacar adelante la formidable factoría de O Salgueirón, que llegó a ser la mayor de Europa entre las de su género. Emilio Franco Domínguez y su esposa Teodora García Corzo, se instalaron en Cangas, junto a sus dos hijas, María Luisa y Pilar, ambas nacidas en Madrid, durante la etapa de don Emilio en Hidroeléctrica Española. 

Si el matrimonio Emilio Franco - Teodora García fueron muy queridos en Cangas, no menos lo serían con el paso del tiempo sus hijas : María Luisa -que se casó con Eugenio Eiroa Hermo- y Pilar -que se casó, también en Cangas, con Ángel Villar-.

Pilar Franco García, hoy fallecida en Cangas, fue no solamente una ejemplar madre de familia, esforzada en todo momento pues compaginó con enorme brío la vida familiar con el trabajo diario externo a su casa, donde fue mano derecha de su marido, atendiendo los almacenes de materiales de construcción, negocio familiar que les permitió salir adelante y formar una familia. 

Pilar era una persona tremendamente afable y cordial. Y al igual que su hermana María Luisa acabaron por ser más canguesas que si hubiesen nacido en Cangas. Mujer de recias virtudes, Pilar Franco García deja entrañables recuerdos en todos quienes la trataron y conocieron. Su bondadoso carácter, su preocupación constante por los demás, su modo de encarar las dificultades de la Vida, son una lección enorme para todos quienes cercanos a ella estuvimos.

La muerte en octubre de 2020 de su esposo, Ángel Villar, fue un duro mazazo para Pilar quien, aunque trataba de no exteriorizarlo demasiado para no preocupar al núcleo familiar que tanto y tan bien supo arroparla, llevaba en su fuero interno el profundo amargor de haber perdido a la persona que más quería, su inseparable y tan inmejorable esposo que fue para ella Ángel Villar Blanco.

Este año largo sin su marido acabó por pasar factura a doña Pilar que días pasados vio empeorar su salud repentinamente y como consecuencia de ello, en pocas fechas, ha llegado el punto y final a su recorrido por este mundo terrenal. Sin duda que, ahora, su alma estará ya al lado de la de quien más quiso en Vida, su inseparable marido; porque Dios Todopoderoso y Eterno habrá sabido premiar tantas y tan buenas cosas, también la ejemplar resignación ante la adversidad, tantas virtudes que adornaron la trayectoria y vida de Pilar Franco García.