Imagen titular del para la Iglesia "beato" Gonçalo de Amarante (para el pueblo liso y llano, ayer,
ahora y siempre : "São" Gonçalo de Amarante)


En Portugal, popularmente, todos le dicen San Gonzalo. Técnicamente, por así decirlo, no pasaría de Beato Gonzalo (Gonçalo), pues la Santa Iglesia (el Papa de aquellos tiempos) no autorizó hacerle finalmente Santo, dicen que al no haberse recaudado en Portugal, por quienes promovían su candidatura a la santidad, el dinero suficiente que estimaba en aquel tiempo la Santa Sede como necesario para vehículo de santidad... Eran otros tiempos, sin duda. 

El caso es que el pobre Gonçalo de Amarante se quedó solamente en Beato, técnicamente hablando. Pero para cientos de miles, sino millones de portugueses -y ya no digamos de brasileños, que le tienen una gran devoción- el es São Gonçalo y lo que diga la Iglesia les da lo mismo... Gonçalo de Amarante es santo, porque así lo creen los populares, que heredaron por generaciones la creencia en sus milagros -algunos tremendamente llamativos-, la admiración por la vida monacal del santo y... tantas cosas buenas que al mismo se le atribuyen.

Luego estamos unos cuantos, pocos ciertamente, que dada la controversia entre los respetuosos con los Papas de antaño que le negaron la santidad y le dejaron solo en beato y... los que, por pelotas, le dicen Santo y... ¡al carajo!... pues decidimos llamarle Dom Gonçalo y... punto. Se acabó la polémica, pero ojo, sin cuestionar un ápice los valores enormes que esta figura humana encierra -indudablemente- como símbolo de santidad. 
Nosotros vamos allí, a Amarante, a verle de vez en cuando, en su lugar preferente, en ese majestuoso templo (que ahora están restaurando) y que casi parece una basílica. Allí está -como nosotros cariñosamente le decimos- Dom Gonçalo y allí le puedes rezar si quieres, para que le pida a Dios por ti, por los tuyos y por tus intenciones. 
Y no somos precisamente pocos, no, los que llamándole São Gonçalo, Beato Gonçalo o Dom Gonçalo, vamos de vez en cuando peregrinando hasta Amarante y su basílica. Incluso ahora, cuando su imagen está temporalmente exiliada en otra hermosa iglesia, mientras reparan a fondo la basílica en donde habitualmente reside la imagen original de Gonçalo de Amarante.

Imagen del Hospital de São Gonçalo (Amarante)

Pero vamos con más datos y notas referidas a quien nosotros llamamos Dom Gonçalo y que, personalmente, creemos es un santo en toda regla, dijese lo que dijese Roma en su tiempo.

Gonçalo, llamado con el tiempo Gonçalo de Amarante, habría nacido en 1187 en la aldea de Arriconha, Tagilde, en Vizela, más cerca de Guimaraes que del propio Amarante, en donde habría fallecido el 10 de enero de 1262. 

Tras mucha pelea con la jerarquía de la Iglesia, el pueblo portugués liso y llano, organizado en comisión, lograría que el Papa Pío IV beatificase a este hombre en Roma. La Iglesia marcó la festividad del "Beato" Gonçalo para el 10 de enero de cada año, pero los populares de su amada tierra de Amarante dijeron siempre que a su São Gonçalo se le festejaba con la llegada del primer mes del verano, en junio, que para eso hace buen tiempo y así se le sacaría siempre en una magna procesión, como así sucede, menos en este tiempo lamentable del Covid.

Gonçalo de Amarante fue un gran predicador, dominico, a quien se le atribuyen diversos milagros. Nació en el seno de una familia noble, los Pereira, pero desde niño mostró siempre inclinación por la cuestión religiosa. El arzobispo de Braga enseguida tomó cuenta de aquel niño-joven prodigio, facilitándole estudios en la escuela de la Sede arzobispal bracarense, preparándolo para el sacerdocio, si bien todo el Mundo indicaba que Gonçalo tenía virtudes innatas para aquello y poca preparación precisaba. Fue finalmente ordenado sacerdote y nombrado párroco de la feligresía de São Paio de Vizela. Pero a poco de debutar como sacerdote le entraron ganas de peregrinar a Roma primero y a Jerusalén y Belén después... total, que se le fueron 14 años de su vida en esos viajes, que aprovechó para ir por el camino evangelizando a todo el que se encontraba. Vamos, que era un misionero en toda regla de aquella época... estamos hablando del siglo XIII. 

Pero el caso es que ausente de su tierra, obtenido el permiso del Arzobispo para aquellas misiones, designaron a un sobrino de Dom Gonçalo como párroco interino de aquella zona de Vizela, hasta que el titular regresase. Como la cosa se alargó 14 años, el sobrino e interino espabiló, se hizo con documentos falsos y trató de convencer al arzobispo Silvestre Godinho de que su tío, D. Gonçalo, había muerto por el camino... lo cual era falso. Pero el arzobispo picó el anzuelo y dio posesión al impostor y sobrino como párroco titular de la feligresía.
Cuando D. Gonçalo regresó, su sobrino dijo que no lo aceptaba, que no lo reconocía ya como legítimo y verdadero párroco. Y por lo que se observa, el entonces arzobispado de Braga se lavó las manos como Pilatos ante aquel atropello del sobrino al tío...

Al regreso de aquel largo periplo a Roma y Palestina, el sacerdote D. Gonçalo se dedicó ya permanentemente a tareas de evangelización y propagación de la fe; de verbo fácil y hablando en todo momento como si estuviese realmente iluminado por Jesús, su palabra acercaba a Dios con notable facilidad los corazones de quienes le escuchaban, que en aquel tiempo eran cada vez más y más. 
D. Gonçalo, con la experiencia encima de 14 años viajando por Europa y Asia menor adelante predicando el Evangelio, curtido en mil situaciones difíciles que halló por el camino, no estaba para pelear con su sobrino ladrón, al que vino a decir :
---Muy bien, quédate con mi parroquia de S. Paio de Vizela, allá tu con tus embustes y con tu conciencia. No seré yo quien haga de esto casus belli; sobran gentes necesitadas, en otros lugares, de que se les predique la palabra de Dios...
Y aquel mismo día en que esto dijo a su sobrino, D. Gonçalo tomó una mula y con cuatro enseres recogidos, partió subiendo y bajando los montes próximos a Vizela, hasta ir predicando durante un tiempo por aquellas aldeas, y finalmente alcanzar un día el largo valle del río Támega, después de descender desde las Tierras de Basto.

Fue precisamente donde hoy se erige la Iglesia y Convento de São Gonçalo, en Amarante, donde D. Gonçalo muy pronto, tras instalarse en el lugar, construyó con ayuda de sus allegados, una pequeña ermita bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción. 
Allí precisamente, D. Gonçalo se recogió como eremita, consagrando su tiempo a la oración y a la penitencia, alternando aquella vida con sus salidas para ir a predicar por los alrededores de Amarante, donde su popularidad era cada vez más notoria y donde todos querían escucharle con aquella su facilidad para transmitir y convencer con la palabra de Dios.

Relatos de la época cuentan que D. Gonçalo pretendía perfeccionarse y alcanzar la gloria eterna; de modo que un año, en una Cuaresma, ayunó a pan y agua y suplicó fervorosamente a Nuestra Señora que intercediese ante Dios para que le concediese aquella gracia. Los mismos relatos de la época cuentan que fue entonces cuando a D. Gonçalo se le apareció la Virgen María y le dijo que buscase la Orden religiosa en donde iniciaban sus Oficios con el Saludo Angélico o Ave María. Esta no era otra que la conocida en Portugal como la Ordem dos Pregadores, los Dominicos*...
(*) Fundada em 22 de dezembro de 1216 por São Domingos de Gusmão, um sacerdote castelhano. Os dominicanos não são monges, mas sim frades: Professam voto de obediência (a Deus, à Bem-Aventurada Virgem Maria, a São Domingos, ao Mestre Geral e às leis dos irmãos pregadores). Vivem em comunidade, em conventos, que são implantados tradicionalmente nas cidades. Para além dos frades-padres, existem também os frades cooperadores, que embora não sendo ordenados, comungam inteiramente da missão da ordem. A pregação da palavra, o estudo, a oração e a vida comunitária são elementos fundamentais nesta Ordem, que é contemplativa e apostólica. Do carisma dominicano fazem também parte a verdade, a abertura, a compaixão, a penitência e a itinerância. Têm especial devoção à Santíssima Virgem Maria. A padroeira da Ordem é Santa Maria Madalena, uma das primeiras pessoas a anunciar a ressurreição de Jesus Cristo, na manhã do Domingo de Páscoa.
En aquel tiempo, en Guimaraes (no muy lejos de Amarante) existía el Convento de Guimarães da Ordem dos Pregadores, fundado por Pedro González Telmo (tan ligado después a Tui, como es sabido), un gran apóstol castellano que predicó en muchos lugares de la zona de Entre-Douro e Minho. Fue precisamente el que luego sería San Telmo quien le dio a D. Gonçalo el hábito de dominico y lo admitió en la congregación. Y tras algún tiempo en Guimaraes, Pedro González Telmo daría licencia a D. Gonçalo para, junto a otro religioso, volver a aquella capilla-mini convento de Amarante y continuar allí su vida evangélica y caritativa.

D. Gonçalo, aún en vida, pasó a ser todo un símbolo religioso en Amarante y en el valle del Támega. Y su merecida fama cruzaba territorios ya... De su facilidad de palabra y predicación salían adelante numerosas conversiones. Era muy querido porque no solo trataba de promover la práctica de una auténtica vida cristiana, sino que trataba de promover socialmente en muchos aspectos aquella comunidad a la que servía desde su ejemplar vida dedicada a los demás. La construcción de un tan necesario puente de granito en aquellos tiempos sobre el río Tâmega, se le debe a D. Gonçalo, empeñado personalmente en recaudar donativos en aquellas tierras regadas por el río, haciendo especial hincapié en que contribuyeran con muy notables ayudas los que más tenían, a los que les hacía ver la necesidad de la justicia social desde sus importantes aportaciones...
Ya en aquellos tiempos, a D. Gonçalo, con ocasión de la construcción de aquel puente vital para la zona, se le atribuyen varios milagros.

Cuando concluyó la obra del puente que cambió la vida de miles de personas habitantes de aquellas tierras, D. Gonçalo prosiguió con varias e importantes obras sociales y gestiones ante los gobernantes, siempre en favor de las clases más populares.
Cuentan relatos de entonces que nunca abandonó la principal faceta de su vida, dedicado a la predicación por un lado, y a la oración y el recogimiento por otro. Fue así cómo Nuestra Señora le reveló cual sería el día de su muerte, para la cual se preparó adecuadamente, recibiendo todos los santos sacramentos.
Su muerte fue una inmensa manifestación de duelo en Amarante y las tierras del Támega. Se le atribuían para entonces no pocos milagros logrados por su intercesión. Tras su muerte, al parecer, serían bastantes más.
El cuerpo de D. Gonçalo, tras las exéquias por su alma, fue sepultado en aquella pequeña ermita de Amarante. Pero su aureola de santidad no se apagó allí, con su muerte. Tras esta, durante siglos, han sido numerosas las personas que le atribuyen hechos altamente benéficos habidos en sus vidas, logrados según ellos con la intercesión ante Dios de aquel auténtico santo al que no dejaron ser profeta en su tierra de Vizela pero que se convertiría en verdadero santo y seña de las tierras vecinas de Amarante y el Támega y por ende de todo el Norte de Portugal.

Aquella primitiva ermita donde fue enterrado D. Gonçalo fue sustituida por una iglesia. La fama alcanzada por aquel predicador extraordinario había atravesado fronteras. Consciente de ello, en 1540, el rey João III de Portugal decidió que se construyese el bellísimo templo -parece una pequeña basílica- y convento que aún hoy existen (y que están siendo totalmente recuperados y actualizados) y que son todo un monumento histórico-artístico de la propia ciudad de Amarante.
La fama, los milagros atribuidos a D. Gonçalo, pronto cruzaron el Atlántico y llegaron a Brasil, donde es objeto de una gran devoción como luego veremos.

Casi coincidente con la decisión del Rey de Portugal de construir en Amarante un bello templo en homenaje permanente a D. Gonçalo casi tres siglos después de su muerte, surgieron en Portugal fuertes movimientos populares reclamando que por la Santa Sede se proclamase Santo al ya llamado entonces D. Gonçalo de Amarante. Fue así como se abrieron hasta tres expedientes o procesos canónicos promoviendo la Beatificación y Canonización de D. Gonçalo.

Ante aquella avalancha y clamoroso movimiento de las gentes más humildes del Norte de Portugal especialmente, el Papa Julio III aceptó el 24 de abril de 1551 que se le tributase culto público.

Diez años después, el entonces Obispo de la Diócesis de Porto, D. Rodrigo Pinheiro, por encargo del Papa Pío IV (año de 1561) promovió el último expediente ante la reclamación de proclamar su santidad -que seguía año a año partiendo de las gentes del pueblo muy especialmente-. Los acontecimientos se aceleraban ante la presión popular : fue así cómo a instancias de D. Sebastião I de Portugal, del Arzobispo de la Diócesis de Braga, de la Ordem dos Pregadores (Dominicos), del cardenal D. Henrique y -sobre todo- de la propia población de Amarante y todo el Norte de Portugal... que no hubo más remedio que promulgar el 16 de septiembre de 1561, una sentencia de Beatificación por el representante de la Sede Apostólica.

Aquello no acabó de agradar a los populares, a la gente del pueblo liso y llano, que seguían viendo en D. Gonçalo un santo universal y no un beato de andar por casa (venerar solo en su pueblo). Exigían la santidad... pero Roma no estaba por la labor al parecer. Hubo quien dijo que juntamente con el expediente promovido debía de haberse reunido una importante cantidad de dinero para entregar a la Sede de la Iglesia Romana... Y hay quien dice que al no lograrse ese dinero, el que tenía que ser santo se quedó en beato.

Los populares no cejaron durante las décadas siguientes. La presión continuó sobre los jerarcas de la Iglesia. Estos alegaban que no cabía promover ningún expediente más sobre la figura de D. Gonçalo de Amarante, que ya se había hecho lo que había que hacer y... punto. Pero durante casi un siglo -desde que le habían proclamado beato- los populares del Norte de Portugal jamás olvidaron a quien por ellos tanto había hecho. Cada vez, las peregrinaciones a Amarante, al sepulcro de D. Gonçalo eran más y mayores... Y las quejas porque no hubiese sido promovido a Santo universal, también.

El Vaticano de entonces no quería dar su brazo a torcer, pero la evidencia de que para el pueblo D. Gonçalo era un santo, era algo imposible de contrarrestar. A alguien se le encendió una luz, para tratar de contentar a quienes llevaban un siglo reclamando más... para D. Gonçalo. 110 años después de D. Gonçalo ser proclamado beato, el Papa Clemente X, en 10 de julio de 1671, autorizó que no solamente en Amarante se honrase la figura de D. Gonçalo como tal, sino que se hiciese en todos los lugares y zonas del Mundo en donde estuviese instalada la Ordem dos Pregadores y, al mismo tiempo, autorizando que no solamente en Amarante sino en todo el reino de Portugal (y por ende en Brasil entonces) se venerase como beato a D. Gonçalo, con misa y oficio litúrgico propios.

A sua data no calendário litúrgico é 10 de janeiro. Mas as Festas de São Gonçalo, em Amarante são celebradas no primeiro fim-de-semana do mês de junho.
O seu culto espalhou-se pelos domínios ultramarinos de Portugal, chegando ao Estado Português da Índia e ao Estado do Brasil como o confirma um longo sermão do Padre António Vieira sobre São Gonçalo.
Em Arriconha, sua terra natal, ergue-se uma ermida sob a sua invocação. É também o patrono da cidade de Amarante, onde viveu e faleceu.
No bairro da Beira Mar, na freguesia da Vera Cruz, em Aveiro, a Capela de São Gonçalo é chamada carinhosamente Capela de São Gonçalinho. São também aqui celebradas anualmente as Festas de São Gonçalinho, nas quais os devotos atiram cavacas do topo da capela, como forma de pagar promessas.
No Brasil é patrono das cidades homónimas de São Gonçalo do Amarante no estados do Rio Grande do Norte e do Ceará, São Gonçalo (Rio de Janeiro), Itapissuma (Pernambuco), Cajari, Matinha e Viana, (Maranhão) e Cuiabá (Mato Grosso). Também é santo padroeiro da cidade de São Gonçalo do Sapucaí - Minas Gerais e padroeiro da Paróquia São Gonçalo da cidade de São Francisco do Conde-Ba.
Amarante (Piauí) também festeja a devoção a Gonçalo de Amarante com uma dança folclórica, o Baile de São Gonçalo. Em Ibituruna acontece, no último fim de semana de janeiro, uma festa em honra ao beato, com a tradicional Congada e Folia de São Gonçalo. Batalha (Piauí) também festeja São Gonçalo desde sec. XVIII entre 22 de dezembro a 1º. de janeiro. Do dia 1° ao dia 10 em Milton Brandão (PI), a comunidade São Gonçalo também festeja o seu Padroeiro São Gonçalo. Em Pedro II (PI) o Bairro São Gonçalo - Paróquia de São José Operário- de 1º a 10 de janeiro festeja o Beato Gonçalo de Amarante.
Em Caém, cidade do interior da Bahia, tem São Gonçalo como Padroeiro da cidade e sempre de 1º a 10 de Janeiro há comemorações em seu nome, no dia 09 há a Roda de São Gonçalo onde os fiéis dançam ao ritmo de músicas de louvor ao seu nome.
No dia 10 de janeiro, em São Gonçalo, região metropolitana do Rio de Janeiro, Brasil. Comemora-se o dia do padroeiro da cidade. A cidade festeja com eventos e missa em sua igreja matriz, batizada com o mesmo nome do santo.


La última procesión -antes del Covid- que pudo celebrarse en honor a "Don Gonzalo"
en Amarante (Portugal)

A Igreja de São Pedro foi construída no local da antiga capela de São Martinho
e concluída em 1727. No seu interior, provisoriamente, está a imagem titular de São Gonçalo


Imagem titular de São Gonçalo

Monumental igreja-convento de São Gonçalo, em avançado estado de recuperação já...
(Fotos de Eugénio Eiroa)