Son estos días, precisamente, los propios de la retirada de los adornos navideños. Siendo esto así, no dejan de ser días tristes. Porque entre un hermoso caserón, así con tan buen gusto engalanado, y el mismo edificio ya carente de cualquier adorno... aún hay una distancia. La misma que existe entre el ambiente bullicioso y alegre de la Navidad y el más bien triste de lo que es y supone la llamada Cuesta de Enero. Y así es consuelo, estúpido consuelo si quieres, recordar la Navidad que se fue, al pasar por esta calle de una ciudad cualquiera de nuestra Eurorregión y ver que aún subsiste, posiblemente por horas o escasos días, el decorado hermoso con que el edificio fue engalanado porque era... tiempo de Navidad