Se sigue discutiendo sobre la reorganización de los tres aeropuertos gallegos. Porque, con el planteamiento actual, están condenados al fracaso, sobre todo si se convierte en realidad eso que los expertos llaman el “coronavirus persistente” o “Covid del Transportista”.  

Todos quieren ser lo mismo: ser la gran pista de aterrizaje de Galicia. Esto no es nuevo. Desde hace tiempo compiten entre ellos por conseguir los mejores enlaces nacionales e internacionales, si hace falta a golpe de subvención municipal o provincial. Sí, en época de crisis, se les paga a las compañías para que se beneficien de unas líneas que lleven a los gallegos a Madrid o a Barcelona y desde allí al resto del mundo.

A mí también me parece una vergüenza, entre otras cosas porque el dinero público no está para pagar déficits privados si es que los hubiere.

Sin embargo, el Aeropuerto de Oporto aumenta pasajeros y crece en líneas directas con las principales capitales del mundo… ¡Es el cuarto aeropuerto de Galicia y también el mejor!

Creo que los tres aeródromos del país debieran de apostar por diversificar la oferta de vuelos para especializarse y que sean gestionados de modo conjunto, de forma que Galicia sea un aeropuerto único con tres pistas. Esta idea la escuché en los años setenta en boca de un gran oficial de tráfico de Vigo, el mejor especialista que conocí en aviación comercial, Teijeiro. Los pilotos que volábamos en Peinador ya hablábamos de esto en los años setenta.

Pero nadie le hizo nunca caso. Y ahora, Alvedro, Labacolla y Peinador son una ruina.

XERARDO RODRÍGUEZ
director de "GALICIA ÚNICA"