No sé por qué, pero cuando iba hacia el Bosque de la Soledad, esta mañana, se me apareció Bibiano Morón como en los viejos tiempos. Si estuviéramos a principios de siglo estaríamos los dos planeando los espectáculos y audiovisuales del Xacobeo. Entonces miraría al viejo comunista -que dejó de serlo cuando se transformó en empresario- y me preguntaría cómo podía ser tan amigo del también mi amigo José Luís García Casasnovas, si este último es mas de derechas que lo fue Santiago Bernabéu. Se llevaron de maravilla y solo discutían por las cosas del buen comer.

Esta aparición también me trajo el recuerdo del 20N de 1975, la madrugada de la muerte de Franco, cuando entró por la puerta de aquella Radio Popular de Vigo libertaria gritando…

—- Xerardooo, matámolo lo porco…

Pero al encontrarse a los grises haciendo guardia en el hall de los estudios, corrigió…

—- Téñoche que traer unhos chourizos, que xa sabes que a niña nai os fai moi bós.

Bibiano era un personaje tan entrañable que sentí muchísimo su partida, hizo ya un lustro. Permítaseme el recuerdo del cantor al comenzar este nuevo febrero, en el que los días ya resultan más largos y uno se atreve a entonar un bello canto suyo… para romper el silencio de los árboles.

De pronto todos mis pájaros cantores me hicieron los coros y como afinaban mas que yo, dejé los arrechouchíos como imaginario acompañamiento de todas las canciones de aquella Voz Ceibe.  

XERARDO RODRÍGUEZ, director de GALICIA ÚNICA