Galicia lleva sin vivir su intenso Entroido dos años, imagínate las ganas que tenemos de que el bicho no lo impida, sobre todo en el triángulo mágico Laza-Verín-Xinzo, en donde a estas alturas ya andaban con los preliminares. Esta vez se han fijado los días grandes entre finales de febrero y los días primeros de marzo, siempre que la pandemia lo permita. Hemos de ser optimistas y confiar en la docta palabra de o noso presidente. Feijóo insiste en que “la temperatura será mejor y se podrán realizar más actividades en exteriores y menos en interiores, con un protocolo mas laxo”. Habló como habla siempre, nadando, pero guardando la ropa por si acaso.

Hoy me come la nostalgia. Acabo de abrir ese álbum viejo en el que escondo mis tesoros y me veo a mis siete años, con mi pelo rubio y rizado, disfrazado de no sé qué, porque… en esa época no había “un duro” para gastar en disfraces. Y mi madre, la pobre, bastante tenía con impartir sus clases de buena maestra a unas cuarenta o cincuenta niñas, entre las que además repartía la merienda de pan duro y queso yanqui… que nos mandaban los USA a cambio de dejarles instalar sus famosas bases con bombas “atómicas”.

Aquel disfraz era producto de mi propia imaginación, incluso el antifaz. Sí, desde que tengo uso de razón en el rural de Galicia se celebró el Entroido y los gallegos participamos en él de forma masiva. ¡Ni Franco pudo con una tradición que tiene más años que el Camino de Santiago!

Mi favorito es el Entroido de Laza. Es allí, junto al bosque encantado del Invernadoiro, donde tiene su origen esta ancestral fiesta: el Carnaval de la Liberación, el que torna vitalistas los lugares por donde pasa. Y ten en cuenta que no hay norma que valga en esta juerga pagana que nos aleja de los tabúes sociales: ¡Nos protegen los animales del bosque encantado desde las caretas de los piliqueiros!… Los grandes protagonistas del Entroido más antiguo.

XERARDO RODRÍGUEZ, director de "Galicia Única"