Momentos críticos...
Dice mi amigo Pemán que vamos a gozar de una primavera seca, así que habrá que regar. No andamos sobrados de agua, pero, por fortuna, en el país de la lluvia tenemos mucha más que petróleo. Parece ser que en alguna parte de este país hay gas natural, según dice alguno de esos científicos de nuestras universidades, que nunca sabes si investigan de verdad o solo son investigadores para salir en la tele. Recuerdo que Manuel Fraga estaba empeñado en que, en un punto atlántico frente a la costa de A Guarda, había petróleo. Decía que no íbamos a depender de nadie, que seríamos autosuficientes y yo ya me veía en la gasolinera feliz porque -como hiciera mi primo Álvaro en Venezuela- podía comprarme uno de esos haigas americanos que consumían 25 litros cada cien kilómetros, por ejemplo, un Pontiac… Total, a dos céntimos el litro, llenar el depósito de 100 litros solo me costaría 2 euros que es a cómo anda ahora el litro de gasoil. Todo aquello fue solo un sueño, nos quedamos sin petróleo gallego y yo sin haiga. Pero jamás pensé que un gobierno de izquierdas nos iba a estafar como lo están haciendo socialistas y podemitas, al permitir esta locura de precios en los combustibles y en la energía eléctrica.
Luego se extrañan de que los transportistas lleven nueve días de huelga, que la flota pesquera se quede en los puertos y que el campo haya reaccionado con una marcha sobre Madrid en la que participaron decenas de miles de agricultores y ganaderos. ¿Y qué dice ante esto el gobierno? El ministro Planas, tan sobrado él, quiere culpar a Bruselas de que nos graven con un cincuenta por ciento de impuestos la luz y las gasolinas. Planas pide “una reacción extraordinaria de Bruselas”. Ya, como si esa no fuera la obligación de su Gobierno. Un ejecutivo, este de Sánchez, que, al margen de traicionar al pueblo saharaui abrazándose al dictador alauita, está a punto de romper las buenas relaciones que teníamos con Argelia, que es quien nos suministra el 40% del gas natural. Muy poco inteligente, al margen de amoral, la decisión de Pedro Sánchez, el imitador de Juan Palomo (“yo me lo guiso yo me lo como”).
Otra cosa que debo deciros: no hagáis caso a quienes calumnian a los trabajadores y autónomos transportistas que están en huelga. Los piquetes no pegan ni buscan líos, solo informan. No hubo ningún incidente grave, que se sepa. Ayer lo que hicieron fue colapsar las ciudades principales de Galicia circulando por sus calles con sus camiones. Están en su derecho. Estamos viviendo momentos críticos y parece ser que la solución es volver a la cocina de leña, a lavar al río, a ponerse el traje de esquimal para andar por casa y a las lámparas de carburo. O eso parece.
XERARDO RODRÍGUEZ, director de GALICIA ÚNICA