NO A LA INVASIÓN DE UCRANIA
No hay acuerdo ni en la seguridad de los corredores que deben seguir los ciudadanos que quieren abandonar Ucrania. El parte de esta mañana habla de una bomba que afectó a una caravana que salía de la ciudad de Mariúpol, asediada por las tropas rusas. Del bombardeo de un hospital materno infantil con 15 niños fallecidos y de al menos 1.200 civiles muertos en las últimas horas. Esta es la guerra de la desesperación. El mal se ha adueñado del ejército ruso y sus soldados se han convertido en monstruos sin piedad. Putin insiste en la rendición y Zelenski pronostica la Tercera Guerra Mundial.
Los refugiados esperan al transporte para cruzar la frontera de Ucrania con Polonia en el cruce fronterizo de Medyka, durante la madrugada de ayer. Ya son más de 2,1 millones de personas las que han tenido que abandonar el país. Gracias a las labores humanitarias de gobiernos vecinos y voluntarios se han podido organizar campamentos que los resguarden hasta que son trasladados. Las duras condiciones medioambientales dificultan su travesía. Muchos de ellos, especialmente los niños, corren riesgo de hipotermia.
Y no hay dios que pare que esta guerra, este horror provocado por el rey de los oligarcas rusos a los que se achacan los mayores delitos de corrupción, que están saliendo a la luz estos días en los medios económicos. Son los sátrapas que se ven beneficiados por el desastre que está provocando Rusia con esta invasión.
XERARDO RODRÍGUEZ, director de GALICIA ÚNICA