Peor es vivir para sufrir, hoy por hoy, en la Ucrania invadida por Rusia. La muerte te pisa los talones en casi todas las ciudades, pero especialmente en la asediada Mariúpol, donde permanecen 100.000 civiles en condiciones infrahumanas. Informaciones del Pentágono estadounidense advierten del riesgo que supone la utilización de armas químicas por parte de Rusia, que habría lanzado hasta el momento alrededor de 1.100 misiles, la mayor parte sobre objetivos civiles para sembrar el pánico. Según el ejército ucraniano las fuerzas rusas entran desde Bielorrusia “de forma encubierta”, pero quizá eso, a estas alturas, ya importe poco.

Y si no que le pregunten a la abuela Valentina, a la que se le metió un tanque ruso en el jardín de su casa en Volnavaja, una población que los hijos de Putin borraron del mapa. Ella, a sus 84 años, logró escapar, pero allí dejó muerto a su marido.

Las historias de esta salvaje invasión son todas tristes y se cuentan por miles, pero lo que nadie podía esperar de un periodista es la animalada que soltó un tertuliano de uno de los programas de mayor audiencia de la televisión única rusa, convertida en el altavoz propagandístico de Putin. Uno de los participantes dijo esta bestialidad:

—– Si deciden el despliegue de pacificadores de la OTAN iremos a la guerra nuclear. Los valientes polacos, en Varsovia, los valientes alemanes, estonios y bálticos, desaparecerán en cuestión de un segundo… Luego conquistaremos Lituania.

Ni el presentador, Vladimir Soloviev, ni ninguno de los compañeros del programa, fueron capaces de cortar tan salvaje sugerencia. No solo Putin, también los que le apoyan han perdido el norte. Este va a ser el cuento de nunca acabar y solo los dioses mayores están en condiciones de parar esta locura. Porque los políticos de uno y otro bando, una vez más, nos están dando una gran lección de incompetencia.

XERARDO RODRÍGUEZ, director de GALICIA ÚNICA