Lo que verdaderamente me hiela el alma son esas fotos-testimonio de la matanza de civiles en la ciudad ucraniana de Bucha, que dan fe de la gran cacería humana que está llevando a cabo el ejército ruso en Ucrania.

Putin está asesinando a seres inocentes con su particular juego del calamar, mucho más salvaje que el de la ficción televisiva coreana. Los testimonios de la gente que pudieron escapar a la crueldad de los hijos de Putin te hacen saltar las lágrimas, porque nadie puede imaginar tanta maldad: estos asesinos violan a las mujeres y luego les pegan un tiro en la sien.

Entran en las casas y someten a los civiles a todo tipo de vejaciones, después de robarles como vulgares saqueadores, para al final matarlos a tiros. Mas dulce es la muerte de los que caminan por las calles, porque les matan… disparándoles a bocajarro.

Esta es una horrible guerra que, a pesar de todo, está ganando el pueblo ucraniano: con su valentía está haciendo retroceder a los rusos de Putin y llegados a este punto, mirando esas fotos-testimonio, el mundo libre debiera de intervenir y pararle los pies al dictador, al que tendrá que juzgar un tribunal por crímenes de lesa humanidad.

No queda otra que el aislamiento total de este criminal y su detención. Si no lo frena su propio pueblo tendrá que hacerlo la OTAN, la ONU y todos los ejércitos que quieran la paz para este mundo.

XERARDO RODRÍGUEZ, director de GALICIA ÚNICA