Celso Parada en sus excelentes interpretaciones en la serie televisiva "Libro de Familia", donde encarnaba el papel de un indiano regresado de Venezuela a su pueblo natal de Santalla.

Celso Parada con Alfredo Costas Villar, cuando este era su alumno en el IES Monte Carrasco, en Cangas do Morrazo.

Desde hace un tiempo que me apetecía escribir este pequeño artículo-homenaje. Creo que es un homenaje más que merecido hacia alguien que tanto se hizo respetar y querer. Y no serían necesarios muchos datos para justificar el elogio de su persona porque somos muchos los que sabemos de sobra acerca de sus indudables méritos. En todo caso, es esta una historia que os contaré en primera persona porque no deja de ser, al fin y al cabo, sentimiento y corazón. Hoy os hablaré de mi amigo y maestro, Celso Parada (q. e. p. d.)

Celso Parada nació en Moaña el 22 de marzo del 1958; comenzó a trabajar en el Teatro en el año 1978 donde fue actor y director. Era, además, licenciado en filología hispano-portuguesa. 
Como momento importante en su trayectoria teatral protagonizó la fundación de la compañía “O Teatro do Morcego” junto a Isabel Ávila. Una compañía que aún sigue hoy en día activa, gracias a las sólidas bases fundacionales, aportadas por personas como Celso que pusieron su empeño en que fuera siempre adelante y darle en todo momento continuidad. 

El gran público, especialmente en Galicia, recuerda a Celso Parada como actor más que notable. Aún en este inicio del 2022, la Televisión Galega, en reposición en las madrugadas, ofrece capítulo tras capítulo la inolvidable serie "Libro de Familia", donde Celso borda el papel del indiano retornado de Venezuela y que es uno de los personajes fundamentales de toda la trama de la serie radicada en el supuesto pueblo coruñés de Santalla. 
Celso Parada participó en diversas y afamadas series de Televisión como: "La que se avecina", "Gran reserva", "Libro de familia" o "Fariña". En el Cine también tuvo papeles destacados en filmes como : "A lingua das bolboretas", "O lapis do carpinteiro ", "O ano da carracha"... Brilló también en el Teatro, donde hizo papeles importantes en celebradas interpretaciones en las más destacadas salas gallegas como fueron las suyas en "Momo", "Presidente" o "House desaforado", entre muchas otras.

Para el gran público, estos pequeños apuntes y ejemplos del párrafo anterior, son tarjeta de visita bien conocida de Celso Parada. 
Pero yo tuve la suerte de tratarlo, conocerlo -y acabar siendo su amigo, como el decía- en su desempeño como profesor (aunque yo diría que era mucho más que un buen profesor) en mi etapa como alumno en el IES Monte Carrasco, en Cangas. 
Nos conocimos así, personalmente, en septiembre del año 2014. En aquel tiempo fue mi profesor de Lingua Galega, recordado también por cuidar siempre de dejarnos 5 minutos de descanso al final de cada clase. Teníamos con el 3 horas semanales. Era un profesor meticuloso y al tiempo cercano que iba más allá de impartir la asignatura, recordándonos en todo momento la importancia de hablar nuestra lengua materna, y -sobre todo- la necesidad de distinguir bien la pronunciación de las palabras. 
Era muy meticuloso, como antes dije. En muchas clases, por ejemplo, alguien estornudaba y... como a el no le gustaba que le interrumpieran en sus disertaciones, cuando alguien tras un estornudo respondía en voz alta con lo de ¡salud!, apañado iba ese alguien porque el profesor Parada transformaba aquella exhalación en plantar al espontáneo fuera de clase.... La mayoría de las veces, en los 50 minutos útiles de la clase con Celso Parada, iban desfilando 3 o 4 alumnos para fuera del aula. 
Era meticuloso, recto, exigente.... nunca le gustaba, para nada, que le interrumpieran en su clase porque sentía que no le estábamos prestando la atención debida, la concentración necesaria, no a el -como remarcaba- sino a la importancia que la asignatura tenía. Y ello, aunque no fuese realmente nuestra intención molestarle.

En el año 2015 celebramos el Día das Letras Galegas. Y me propuso que cantara -a mi y a mis compañeros-; aquel año interpreté -con él a la guitarra- “Quen poidera namorala”, una experiencia única e inolvidable. 
Lo mismo hicimos en el año posterior, esta vez cantamos en grupo : "O carro", de Fuxan os Ventos. El se encargaba de organizar lo que era todo el festival preparado al efecto del "Día das Letras". Fue una novedad para todos ya que nunca -desde que habíamos llegado al Instituto- habíamos tenido una celebración de tanta importancia y -desde luego- una reivindicación de nuestra lengua materna.

Lo más especial -y sin duda el mejor recuerdo- fue cuando en el año 2016 decidió que nos perdiéramos un montón de clases porque propuso que el "Día das Letras Galegas" interpretásemos una obra llamada “Berenguela”, donde varios compañeros y yo protagonizamos distintos papeles. El decidió que el papel de cura me iba al pelo; y como también le faltaba un carcelero... me adjudicó también el papel de carcelero. 
Con el paso de los ensayos fuimos perfeccionando los papeles, dándole forma a su interpretación, a cuidar la posición del cuerpo y lograr la proyección de la voz. Celso tenía un control innato, unas aptitudes más que notables para ser director; controlaba las tablas, conocía de sobra cómo hacer que una equivocación -por ejemplo- pasase desapercibida. Aquel ·Día das Letras" interpretamos la obra; y la gente con mi papel de carcelero acabó por reírse mucho, porque le aplicamos un acento mexicano en el gallego, algo raro pero que quedó muy bien cara al auditorio.

Celso Parada fue mucho más que un profesor, para mi sería maestro, amigo, director y, sobre todo, eterno... inolvidable para mi y para mucha gente. 
Gracias a gente como el, el mundo del Teatro en Galicia es hoy más afortunado que nunca por haberse enriquecido con las notables aportaciones de personas tan vocacionadas como el.

Te encuentres donde te encuentres, muchísimas gracias profe, porque sin ti yo no hubiera sabido hacer teatro cada día al levantarme; gracias por haberme hecho feliz en una etapa de mi vida de la que me siento afortunado por haberla vivido a tu lado. 
Tu muerte fue un dolor inmenso en su día; me quedé sorprendido y muy disgustado por no poder verte más y darte un fuerte abrazo. Pero has de saber que de ti me quedé con tu enorme corazón. Fuiste un ser maravilloso y lleno de cualidades. Querido Celso Parada : seguirás presente para todos. Todo lo que fuiste y todo lo que representaste, nos deja el recuerdo imperecedero, inolvidable, por tus tablas, por su maravillosa trayectoria en este mundo, por el inmenso placer de tu excelente trabajo en el Teatro como gran océano de la Vida. 
Gracias porque me hiciste bucear por ese océano que tu nos mostraste. Gracias porque -durante aquel tiempo de formación- me hiciste feliz gracias a tu sonrisa final y tu desempeño diario. 

Siempre estarás en mi recuerdo, querido profesor y amigo.

ALFREDO COSTAS VILLAR