Dicen que en Valença do Minho, en el casco antiguo, dentro de lo que llaman "la Fortaleza", hay un antes y un después de las 7 de cada tarde, cuando las persianas de los comercios, los cafés... bajan; una vez que los españoles se van... 

Es Valença do Minho, la otra, cuando los españoles (gallegos) se van. Es otra Valença antigua, llena entonces a esas horas, de la siete de la tarde en adelante, de sosiego y paz infinita; con apenas gente circulando por la calle, sin apenas coches, casi sin actividad, salvo la de algunos restaurantes que aún aspiran a facturar algo allí, a la caída de la noche : dar de cenar a turistas de terceros países y para eso, en verano, en este tiempo... que en invierno, ni los restaurantes están abiertos allí, arriba, en la Fortaleza, cuando cae el día y... los españoles ya se van.

El reportaje gráfico que sigue es de ARAÚJO MACEIRA.

Cuando dan las 8 de la tarde en el reloj del viejo Ayuntamiento no queda ya un
solo comercio con la persiana levantada. A las 7 comenzó la desbandada general...

El viejo edificio de la Câmara Municipal

El "nuevo" edificio de la Câmara Municipal de Valença do Minho

Casco viejo de airosas construcciones

Solo los del "Solar do Bacalhau", allá al fondo, quedan abiertos...

Basuras a la espera de ser recogidas ya, persianas bajadas, 7,30 de la tarde en
esta calle es de ¡apaga y vámonos!

Lo que durante el día vendió calcetines y ropa interior de lujo, ahora está ya de puerta cerrada

Sobra donde aparcar, en cualquier lugar de "la Fortaleza"

A las 7 de la tarde, los cafés pasan la fregona e invitan a largarse a los que ocupaban sus terrazas

Un habitante de la zona vieja de Valença pasa a las 19:45 por esta zona, normalmente abarrotada durante el día... es una extraña imagen

Uno de esos "cafés" en esta zona, ha pasado ya por varias manos. Se liberó, por ejemplo, de un tipo
de Vigo que daba achicoria más que buen café... Claro que... han pasado ya algunos años desde entonces. La hostelería y el comercio, en Valença, son hervidero de ir y venir de emprendedores.

Hermosas calles. Y sin gente, curiosamente, más aún... pero claro, este lugar, sin gentes,
sin clientes, no tendría razón de ser...

20:10 horas... solo pasa alguien muy de vez en cuando

El restaurante Muralha quiere llamar la atención...

Este comercio de ropa para niños y bebés ha resistido crisis y ahí sigue...

20:30, algunos turistas extranjeros justifican la opción del "Muralha" : dar de cenar...

20:55 : va siendo hora de ir regresando al coche aparcado en la otra zona contigua de "la Fortaleza"

Digamos adiós por esta vez a esta parte entrañable de la Valença vieja y señorial...

Camino de la zona inicial (o zona Sur) de "la Fortaleza" viniendo de la que está más al Norte...

Tiempo para santiguarse ente esta capillita, o "alminhas", que también así les llaman los portugueses

A estas horas, las 21, ya no multan si aparcas mal. Solo hay gente -derecha- en los comedores de los restaurantes, los empleados de estos locales y... para de contar

En la llamada placeta de São Teotónio, una extranjera cruza, unos cuantos cenan bajo las grandes sombrillas y las luces del día se van corriendo...

Este conductor sí que sabe : paseo en descapotable por una fortaleza durante el día casi intransitable

Aceras sin un alma, sin expositores al aire libre... ya solo las bolsas discretas con la basura del día a la espera de que pase el camión y se la lleve

São Teotónio (nacido en Ganfei, parroquia de Valença, en 1082) bendice "su" Valença do Minho desde su estatua. Fue el primer santo portugués de la historia... Y es todo un símbolo para Valença do Minho.

A estas horas, después de las 21, queda una docena de coches, poco más, en "la Fortaleza". Y el parking doble que existe, insuficiente durante el día, es ahora más que de sobra a la caída de la tarde...

Símbolos

Las sombras de la caída de la tarde se van comiendo los nobles edificios...

Detalles callejeros...

El gato "Vicente" posa tranquilo, casi a las puertas del restaurante al que pertenece....

Más finos detalles de esta zona del casco viejo valenciano...

Buen gusto

Bellos edificios se conservan