Tras un parón inevitable, porque una repentina enfermedad -que afortunadamente ha ido superando- no le dejaba sentirse a gusto delante de un teclado, ha vuelto al día a día de la actualidad, nuestro gran amigo, admirado maestro, Xerardo. Rodríguez, lo que nos llena de gozo y nos hace sentirnos felices y no apesadumbrados por el trance -no grave pero sí muy molesto- por el que estaba pasando el maestro de comunicadores que en Galicia es quien lo ha sido todo, o casi todo, en Prensa, Radio y Televisión. Con la alegría de su vuelta y el recordatorio de que podrán leerlo todos los días en su www.galiciaunica.com, procedemos a evocar uno de sus textos siempre imperecederos, por lo mucho que encierran, lo mucho que transmiten, lo mucho que nos hacen sentir...
La edición de aquel sábado de la revista semanal www.galiciaunica.com que dirige Xerardo Rodríguez, presentaba un interesante reportaje con excelentes y variadas fotos y apuntes de texto que nos recuerdan la raia que une y no desune Galicia y el Norte de Portugal. Por el interés que tiene y el sentimiento que encierra, reproducimos a continuación el texto de Xerardo Rodríguez, aunque recomendamos vivamente la visita a www.galicinaunica.es para disfrutar de muy diversos reportajes y, de paso, leer otros importantes asuntos que Xerardo aborda siempre en su revista que, por cierto, está estos días de celebración, tras la vuelta de su director tras superar con éxito y contento la adversidad que sufría, lo que le ayudará a introducir más atractivos si cabe en su popular web.
La frontera entre Galicia y Portugal creó, durante los peores años de nuestra historia, una sinergia comercial que mantuvo vivas a dos ciudades y muchos pueblos de extensas comarcas que conocemos como “A Raia”.
Durante la mayor parte del siglo XX, Portugal y Galicia, se intercambiaron café y toallas por bacalao y aceite, por citar dos ejemplos de productos gallegos mejor valorados por los portugueses y viceversa.
Tras la guerra civil española, el contrabando era una aventura diaria nacida de la necesidad de subsistir, tanto en la “Raia Seca”, enmarcada entre el Valle de Monterrei y la Serra do Leboreiro; como en la “Raia Húmeda”, que seguía el curso del Miño.

Verín y Tui fueron y son las dos principales puertas entre Galicia y Portugal. Frente a ellos, al otro lado de la hoy imaginaria “raia”, Chaves y Valença.
Entrimo, Bande y Lobios son los tres municipios gallegos que se enfrentan en la Raia Secaal portugués de Melgaço, al que se sienten unidos por las “portelas” que fueron en su día pequeños pasos fronterizos.
Ahora todos somos europeos y una vez desaparecidas las fronteras, las que tenían aduana y las imaginarias barreras económicas de la modernidad, las relaciones comerciales han cambiado y el contrabando dejó de ser aquel mal necesario.



Pero no todos los centros urbanos y pueblos fronterizos corrieron la misma suerte. Chaves se ha convertido en la gran ciudad industrial del nordeste portugués, mientras Verín se ha quedado en una villa con grandes condiciones para su desarrollo, pero que añora con nostalgia su pasado termal y balneario, cuando el tranvía unía el centro de la villa con Cabreiroá.
El Chaves del siglo XXI abre nuevos espacios para la industria y Verín se mira en su espejo para recuperar el pulso económico tras la debacle de la crisis económica, acrecentada por esta pandemia del coronavirus. Ambas, por su posicionamiento estratégico, podrían formar una poderosa eurociudad.

La ecología y el turismo unen a los pueblos y villas de la Raia Seca del Xurés o del Gerés. El municipio de Melgaço lleva tiempo liderando en la comarca el turismo de naturaleza, mientras los de Entrimo, Bande y Lobios buscan nuevos proyectos que hagan compatible el turismo con el desarrollo sostenido del sector agropecuario.
El Parque del Xurés –reserva de la biosfera- es el principal valor, pero el sector turístico rural aporta aquí excelentes servicios, incluso un balneario y un hotel de cuatro estrellas. Conviene recordar que además del entorno natural, esta amplia comarca europea de la Raia Seca conserva monumentos históricos, que ahora se ponen en valor.

Finalmente, Tui y Valença do Minho, juntas, han modernizado el concepto comercial que hizo entender a propios y extraños que ambas son el mismo mercado. El “outlet” es la nueva revolución comercial, un nuevo concepto europeo que ya tiene un gran poder de convocatoria a ambos lados de la Raia Húmeda.
Tui y Valença se miran frente a frente y es el Miño quien une ambas ciudades. Si los intereses comerciales son comunes lo mismo hay que decir del turismo, ya que ambas ciudades son, en sí mismas, un extraordinario monumento histórico artístico.
En este ejemplo se miran muchas otras ciudades fronterizas, como Tomiño y Vilanova de Cerveira o A Guarda y Caminha.

Viene de viejo. De cuando había aduanas tras el puente de hierro atribuido a un alumno de Eiffel, en las que hacían la vista gorda a las alfombras y a las tollas portuguesas, y al bacalao y al aceite gallego.
La vida sigue en la Raia… aunque una pandemia haya cerrado en algún momento las fronteras, felizmente mandadas de nuevo al carajo.

XERARDO RODRÍGUEZ