Reponer los servicios al completo, como eran antes de la pandemia, aunque fuese con trenes como la 440 Vigo-Ponferrada, una serie que entró en servicio en 1974, serviría para al menos no dejar abandonados a los vecinos de no pocos pueblos situados al borde de la vía de la Línea del Miño y del trayecto Ourense-Monforte-Ponferrada-León (Foto en "La Región")

La Renfe está devolviendo a diversas comunidades autónomas españolas los trenes que les arrebató llegado el tiempo de pandemia y todavía no se los había devuelto... ya están operativos. ¿Y en Galicia, qué?. En Galicia... ¡nada!, la Renfe no da a Galicia el trato que a otras partes sí otorga...
"Prácticamente todas las comunidades autónomas han recuperado ya todos los servicios de cercanías, regionales, media distancia y larga distancia que habían sido suspendidos como consecuencia de la pandemia. En Galicia ya se han restituido la totalidad de los servicios de los corredores del Eje Atlántico y Avant entre Ourense y A Coruña, pero siguen sin ser recuperadas la mayoría de las frecuencias del corredor del Miño que se suprimieron en marzo de 2020", explicaba el experto en temas ferroviarios, Francisco J. Gil.
Y es que abandonada está la comunicación ferroviaria de la comarca de Valdeorras con la capital ourensana. Igualmente, Vigo, Redondela y las villas ribereñas del Miño lo tienen fatal por tren con Ourense, Monforte y Valdeorras... Tampoco ir a Ponferrada y León es nada fácil, porque todos los lugares citados han perdido la mayor parte de sus frecuencias de tren que tenían antes de la pandemia y no hay manera de que se las devuelvan. 
"A día de hoy solo hay un tren diario por sentido entre Galicia y León y un segundo tren entre Ourense y Ponferrada. La situación con Vigo ha quedado más desangelada, ya que ese segundo tren, sí tiene continuidad de Vigo a Ponferrada, pero en sentido descendente, desde el Bierzo, termina su viaje en Ourense y obliga a los viajeros a hacer una prolongada espera en la estación de A Ponte, si desean continuar viaje a localidades como Ribadavia, Salvaterra, etcétera", explicaba uno de los gallegos que mejor analizan la realidad ferroviaria, el veterano periodista Francisco J. Gil.
Y encima, este maltrato, este abuso, se instala en la línea más pobre y donde el tren haría las veces de un servicio social... pero han eliminado trenes y trenes y... nadie mueve un dedo para reponerlos. Más aún cabe decir, cuando a diferencia de los otros corredores ferroviarios gallegos que disponían de una amplia frecuencia de trenes de media distancia, el llamado corredor o línea del Miño contaba, antes de la pandemia con dos trenes diarios por sentido de esas características "sociales", de los que paran en todas las estaciones, servicio prestado en uno de los casos con una "patera" (unidad eléctrica antígua) : el primero de los trenes con parada en todas las poblaciones, era con salida de Vigo a las siete de la mañana y el segundo a las 14.40 y en sentido contrario, con horario similar desde las estaciones de León y Ponferrada, respectivamente. 

"Sin embargo, la supresión del primer tren de la mañana dejó sin posibilidad de comunicar poblaciones que tenían en estos trenes su único enlace ferroviario disponible, como es el caso de Barbantes Estación, que perdió su contacto con Vigo y Ourense, o Ribadavia, que redujo de dos a un único tren diario por sentido, al igual que otras estaciones del mismo recorrido", refería Francisco J. Gil.

"Para la zona de Valdeorras, para Redondela y para Ourense, la pandemia supuso aún un mayor varapalo, ya que había otros tres trenes diarios por sentido que aseguraban una mayor fluidez en las relaciones ferroviarias en este corredor, como era el caso del Intercity al País Vasco, suprimido inmediatamente antes de la declaración del primer estado de alarma, y los trenes nocturnos a Madrid y Barcelona, que añadían servicios de última hora para viajar hasta Valdeorras desde Ourense o Vigo y de primera de la mañana para hacerlo desde O Barco y A Rúa a la capital de la provincia o estaciones como las de Redondela y Vigo", detallaba Francisco J. Gil Fernández, periodista de reconocida pasión por el mundo del ferrocarril desde que era muy joven.

Renfe no ha manifestado intención de recuperar ni los trenes de larga distancia suprimidos, que ofertaban plazas a precio de servicios regionales de acuerdo con la obligación de servicio público establecida para ese corredor, ni tampoco el primero y último regional del día. La llamada "Línea del Miño" está -o parece estar- condenada... Tampoco la vieja línea de Ourense-Monforte-Ponferrada-León vive buenos tiempos... el tren convencional le importa poco menos que un comino a la Renfe y los pueblos se están quedando sin nada útil en cuanto a este transporte sostenible que es el tren, pero que cada vez parece estar menos al alcance de quienes viven en las zonas antes citadas...


Intercity entre Vigo y Bilbao. 
Renfe acabó con el en vísperas de la pandemia...

FRANCISCO J. GIL ya había denunciado en el 2020 la tropelía que se avecinaba. Dos años después, mientras otras comunidades autónomas recuperan los trenes que les quitaron con la pandemia, a Galicia resulta que Renfe le da morcilla...
Recordemos lo que Gil decía hace dos años : desgraciadamente, nada ha cambiado... 

El maltrato de Renfe a los viajeros y poblaciones del eje Vigo-Ourense-Valdeorras...

"Ourense y Vigo, que son dos ciudades hermanadas por ferrocarril desde 1881, tienen ahora menos frecuencias de servicio de viajeros que hace un siglo y Renfe destina a las mismas sus trenes más viejos: salvo el "Alvia" -de Madrid-, los otros dos servicios son realizados por una unidad eléctrica de la serie 440, que inició su andadura por las vías españolas con Franco todavía vivo y gobernando, en 1974...".
Lo anterior es un fragmento de un formidable reportaje-denuncia elaborado por Francisco José Gil Fernández y que pueden leer si lo desean haciendo CLICK-AQUÍ
También aquí, en RÍAS BAIXAS TRIBUNA, hemos censurado una política tan errada por parte de la compañía ferroviaria del Estado español.
Como bien refiere el gran defensor del ferrocarril que siempre fue Francisco J. Gil : 
"La obligación de servicio público que fija unos servicios regionales mínimos no cuenta en esta situación y las líneas más ricas, con más viajeros y trenes de mejor calidad, no se han visto tan afectadas como las líneas pobres...".
Gil y los que como Gil pensamos con respecto al tren, seguiremos diciendo lo que haya que decir. Otra cosa es que quienes mandan en Renfe nos hagan caso.