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Sostener el ganado en los tiempos actuales no es fácil. Los costes de producción, ya sea lechera, ya sea cárnica, se han disparado notablemente. La guerra de Ucrania tiene la espaldas muy anchas, como saben. Pero además está ahí el problema de la crisis climática, el hecho de que "no llueve" y así, los pastos no se regeneran; el ganado ha de ser alimentado con forraje y elementos que han de ser adquiridos a precios exhorbitantes y... las cuentas no salen para los ganaderos.

Este fin de semana, en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal hemos querido acercanos a uno de los no muchos lugares en donde, aún, el ganado puede comer lo poco que queda de las hierbas -no exageradas- que el suelo produce o sostiene en la llegada de este otoño, mientras la sequía impera y los embalses, muchos de ellos vacíos o medio vacíos, siguen sin recuperarse.

Las fotos que siguen, de Araújo Maceira, nos muestran motivos y muestras de una pequeña explotación ganadera, en situación aún de poder dejar al ganado alimentándose -en todo o en parte- en las fincas, cosa que a estas alturas del año otros no pueden hacer... simplemente porque el suelo está exhausto. En lo que cabe, estos animales de las fotos son unos afortunados...