LA RUTA DE LOS SUEÑOS

Para mejor comprender nuestra identidad patria hay que releer la historia a menudo y volver a los orígenes de cada hecho que nos distingue. Estos días tan especiales, en los que se entremezcla de nuevo la fe y la fiesta, he querido que tu revivieras el hecho más relevante de la Edad Media, el que hizo cambiar el rumbo sociocultural de nuestras vidas y que aún hoy influye en el devenir de este pequeño país, Galicia.

Este hecho no es otro que la aparición del cuerpo del Apóstol enterrado en el monte Libredón. Porque  es lo que origina la ciudad de Compostela y la primera gran ruta cultural que se conoce en Europa, el Camino de Santiago.

A partir de ese momento, llegan gentes a Galicia por la “Ruta de los Sueños”, que cantaban ya los trovadores del medioevo, como Dante Alighieri, el autor de la “Divina Comedia”, quien escribió, desde Roma, aquello de que “no se entiende por peregrino si no aquel que va a la tumba de Santiago o vuelve”.

Vienen peregrinos a Compostela por siete caminos, por el mar y por la tierra, desde AméricaAsia y Europa; desde Portugal y desde España. Y escriben en el cielo miles de sueños “con guirnaldas de verdes luceros”, que es como describió García Lorca, su poética “Vía Láctea”.

Desde la aparición de la tumba del Hijo del Trueno, llegan gentes a Santiago, cansadas por la dificultad de la ruta, que pinta inviernos de agua y nieve, luce primaveras de plata, veraniegos amaneceres de oro y otoños policromáticos. Por eso el Camino de Santiago es la perfecta conjunción de lo espiritual y lo natural; y en él se encuentran peregrinos de la más diversa condición y procedencia.

Ellos son los verdaderos protagonistas de la mística aventura o de la legendaria alquimia o de las múltiples fábulas que se suceden en los miles de libros que hablan del espíritu del Camino. El que conquistó en la modernidad de los tiempos a Paulo Coelho. Y a mucha más gente relevante de las letras, las ciencias o las artes, que escondieron su popularidad detrás de la concha de vieira que simboliza el anonimato de la peregrinación a Santiago.

Los peregrinos de la Fe son el origen del Jubileo. Otros caminantes buscan los aspectos más lúdicos del Xacobeo de nuestros tiempos, perdiéndose en una ciudad que sorprende.

Los peregrinos sienten ya júbilo cuando desde el Monte del Gozo avistan las torres de Compostela; y lo sienten especialmente, cuando, una vez traspasada la puerta santa del templo catedralicio más hermoso, siguen el rito de abrazar la imagen del Apóstol y visitan su tumba. Es lo más espiritual de la Ruta.

Al caminante le asombra la ciudad de piedra, las plazas y los edificios, y la gran Catedral, pero también el ambiente de fiesta que se vive en una Compostela turística por excelencia. Aunque los hay que buscan otro final, diferente y mágico, por eso siguen su ruta hasta el Fin de la Tierra. Allá, al pie del faro mas occidental de Europa, queman sus ropas y contemplan como el sol se acuesta en el océano para descansar.