RBTRIBUNA.

Con la debida venia del autor, continuamos reproduciendo excelentes e imperecederas semblanzas que el gran comunicador, Xerardo Rodríguez, trazó hace una década... Esperamos así, más ansiosos si cabe, el retorno al completo del maestro Xerardo a su cita diaria y semanal con los muchos lectores de su "Galicia Única", mientras le enviamos un fuerte y fraternal abrazo, junto a los deseos de que las mejoras que ya viene experimentando en las últimas semanas reviertan en breve en un regreso al 100% a su cita diaria con el teclado... De momento ya ha vuelto con una crónica diaria en su www.galiciaunica.es A ella seguirá un resumen mensual que también prepara y estamos seguros de que muy pronto le tendremos al cien por cien. Pero nos alegramos y mucho de esta tan esperada recuperación que ya está protagonizando

10 Jun, 2011 
Por XERARDO RODRÍGUEZ, director de GALICIA ÚNICA



Aquella vez vino a mi despacho de la Televisión de Galicia triste, pero humilde. El bueno acudía a contar lo malo. Y lo hizo con armonía, sin levantar la voz, como en el silencio franciscano que escuché una vez en el monasterio después del rezo…

—- Ayer no hicimos la Santa Misa porque no vino el realizador…

La frase provocó uno de mis sonados puñetazos en la mesa, que, cuando mandas, tienes que hacer cierto tipo de gestos para que se vea que mandas y luego se quedan como un “tick de situación”.

Fue el día que conocí al Padre Isorna, para mí el único santo que conozco de los que aún pisan tierra. Fue muchos años el “cura de la misa” para el televidente y para los que le tratábamos un ejemplo de bonhomía, de enciclopedia andante, de anciano sabio y venerable, de valores humanos y divinos, en fin, de una larga vida haciendo el bien sin mirar a quien.

Me parece un personaje de novela religiosa, de esos que terminan en los altares porque nunca se quejan, siempre sufren y dan todo a los demás. Yo creo que el Padre Isorna hizo hasta algún milagrito. Por ejemplo él logró que yo comulgara cuando casó a mi hija Gloria. Hoy lo cuento con orgullo porque me parece que se lo debo.

—- ¿Y cuántos cumple, Padre Isorna?

—- 90 años…

—- Pues parece usted un chaval…

—- Bueno, ya tengo mis achaques…

Al cura de la misa de TVG lo nombró el todopoderoso Rouco Varela delegado diocesano de Comunicación Social. Tenía, entonces, mucho trato con él y jamás me contó una mentirijilla, como hizo la mayor parte de los jefes de prensa con los que he convivido, a lo largo de mida vida profesional.

El Padre Isorna dimensionó la comunicación arzobispal y consiguió acercar a la ciudadanía una Institución que se estaba alejando de ella a pasos agigantados. Para mí fue este su mayor éxito en el periodismo, aunque seguro que los obtuvo mucho mayores como ministro de Cristo en la Tierra.

Porque el Padre Isorna es filósofo y teólogo, además de sacerdote. Su currículo es de los más valorados en la Iglesia gallega: rector de San Francisco el Grande, de Madrid; superior de los conventos de Pontevedra y Ourense; miembro de la Real Academia Galega y un reconocido autor de numerosos ensayos sobre Santiago y la Religión, sus temas preferidos. Un ejemplo de esta afirmación es su libro “Itinerario del alma a Santiago”, con prólogo del mismísimo cardenal Quiroga Palacios.

—- Y Usted, Padre Isorna, ¿De dónde saca el tiempo para escribir en los periódicos?

—- Me encanta la prensa. Aunque ya sé que es una profesión muy dura, donde no existe el tiempo libre.

65 años ejerciendo el bien y repartiendo sonrisas, bien merecen una distinción que yo pido desde aquí a mi amigo Arturo Maneiro y a su junta directiva… Que le premie este año la Asociación de la Prensa y le rindamos los periodistas el cálido homenaje que se merece como persona y como profesional.