RBTRIBUNA.

Un 7 de enero -pero de 2011- nuestro gran amigo y maestro de comunicadores, Xerardo RodrĆ­guez, trazaba una semblanza magnĆ­fica sobre este personaje : Miro Casabella. 

Una docena de aƱos despuƩs, Xerardo Rodrƭguez andaba visitando a los mƩdicos, dispuestos estos a devolverle la plenitud a sus manos, temporalmente perdida hace pocos meses; y ahora felizmente recuperada, para asƭ poder volver por donde solƭa, a la escritura diaria en el ordenador, cosa que estaba deseando y mejorƭa que ya le ha permitido escribir esas mƔs que interesantes columnas diarias que pueden leer en www.galiciaunica.es

Mientras, aquĆ­, en la RBTRIBUNA -que tambiĆ©n es la "otra" casa de Xerardo, donde tambiĆ©n le echĆ”bamos de menos- nos quedaba siempre la opciĆ³n de rescatar algunos de sus excelentes textos y atractivos reportajes intemporales... 

Pero como les digo : ha vuelto Xerardo RodrĆ­aguez, le pueden leer a diario con artĆ­culos intimistas y de actualidad en su www.galiciaunica.es

Mientras tanto, re-leyƩndole, nos dimos de bruces con aquello de aquel otro 7 de enero...

MIRO CASABELLA – El libre trovador

Cuando Miro era la «voz ceibe»

Guardaba celosamente en mi casa la colecciĆ³n completa de Voces Ceibes, que me habĆ­a regalado mi amigo SanxuĆ”s, por entonces abogado pasante.  Suso vendĆ­a aquellos discos mĆ”s por sentimiento que por negocio.

En la vieja Radio Popular de Vigo no existĆ­an; y yo acostumbraba a llevar cada noche uno, para que los escuchara una juventud rebelde que comenzaba a manifestarse con la gente de AscĆ³n, indignada por una reconversiĆ³n del naval, de efectos similares a algunas de las medidas antisociales que estĆ” tomando el gobierno de EspaƱa actualmente.

Sirva la introducciĆ³n para situarnos en el momento en que conocĆ­ a Miro Casabella, el trovador libre que nunca se fue y que aĆŗn sigue cantando algunas de aquellas verdades; y muchas de sus canciones viejas incluso resultan mĆ”s actuales que sus nuevas composiciones, dado el momento en que vivimos.

Miro Casabella se atrevĆ­a con el Cantar de cego de Castrelo do MiƱo,  con Franco vivo y en plenas facultades. En aquel “Popular Show” polĆ­tico-musical del 71,  me lo cantĆ³ en directo…

“Ademiraba aquel conde non as ringleiras do viƱo senĆ³n o embalse futuro do meu Castrelo do MiƱo. Pedradas mandou o pobo que lles foron a perilla os que enchen de auga a Castrelos e dan a luz a Castilla”.

Recuerdo que me emocionĆ© y soltĆ© tal mitin que me multĆ³ el propio Ministerio de Justicia de PĆ­o Cabanillas Gallas, con cien mil pesetas de la Ć©poca. Las pagara el recientemente fallecido JosĆ© AndrĆ©s HernĆ”ndez, mi director de entonces y un tipo extraordinario que daba la cara por nosotros, todos los dĆ­as a todas las horas.

— Espero que exista tu Dios, JosĆ© AndrĆ©s, para que te conceda esa gloria que no te supimos dar en la Tierra…

Miro Casabella es sin duda la mejor voz de los Ceibes. Su canto era un lamento y de todos ellos me quedo con “O meu paĆ­s”, que es mi actual canciĆ³n de cabecera, en mis paseos verdes con Manuel.

Aunque a Manuel no le gusta mucho aquello de…

“O meu paĆ­s e verde e neboento, Ć© saudoso e antergo, Ć© unha xente e un chan; o meu paĆ­s, labrego e mariƱeiro Ć© un recuncho sin tempo que durme nugallĆ”n.”

Manuel se empeƱa en discutir que los gallegos no tenemos nada de vagos y que si no, miremos hacia el exterior, hacia el mundo de la EmigraciĆ³n “onde traballan de sol a sol como os vellos labregos”. Solo escuchando a Manuel se entiende porque algunos versos no provocaron nunca una revoluciĆ³n.

Pero el tiempo pasĆ³ y Miro Casabella, el trovador libre que nunca se fue, terminĆ³ su carrera de aparejador en pleno boom de la construcciĆ³n; y su voz la apagaron los genios que dirigieron la cultura del paĆ­s en la dichosa autonomĆ­a de nuestro alborozo social, una vez muerto Franco.

Dice Vicente Araguas, recordando sus tiempos de Voces Ceibes,  que Miro era “un artista altivo” pero a mĆ­ me parece mĆ”s bien que Casabella poseĆ­a el mejor timbre de voz de aquel grupo de cantautores,  que dominaba el llamado gĆ©nero lento de cualquier estilo musical, fuese folk o una simple balada; y que sus canciones provenĆ­an de una inspiraciĆ³n basada en lo que mĆ”s ama, su musa,  Galicia, la tierra que nos enamora a pesar de alguna gente.

Y por eso es el Ćŗnico que perviviĆ³ al desinterĆ©s social por la llamada canciĆ³n protesta. Primero con Doa, el estupendo grupo folk clĆ”sico coruƱƩs, y ahora en solitario, dando recitales aquĆ­ y allĆ”, ante un pĆŗblico inmensamente minoritario pero entregado al artista, como siempre.

Tuvimos el honor de grabarle para la tele, en Castrelo de MiƱo,  hace un par de aƱos el famoso cantar de cego que ahora nadie multa y tambiĆ©n una deliciosa canciĆ³n dedicada a “Compostela” que me encanta.

“Orvallo” creo que es el Ćŗltimo disco de este Miro Casabella del tercer milenio, donde incluye una canciĆ³n muy hermosa de Salvador GarcĆ­a BodaƱo y Aurichu Pereira, “Adeus”, que pertenece a aquella Ć©poca donde algunos gallegos alzaron su voz evitando que algunos levantaran el fusil.

Este verano Miro Casabella compartiĆ³ cartel xacobeo con Tino Baz y A Quenlla, el grupo liderado por Mini y Mero, creadores de Fuxan os Ventos. LamentĆ© mucho no estar ese dĆ­a en MondoƱedo, mirando a Cunqueiro de frente y escuchando la mĆŗsica de autor mĆ”s autĆ©ntica de Galicia.

Pero esta tarde me darĆ© otra vez el gustazo de escuchar a Miro Casabella, con el telĆ³n de fondo de las ovejas de Manuel. Seguro que este paisaje que inspirĆ³ a RosalĆ­a sufre una nueva metamorfosis.

Miro, el trovador del tercer mileno