RBTRIBUNA.

Con la debida venia del autor, continuamos reproduciendo excelentes semblanzas que el gran comunicador, Xerardo Rodríguez, trazó hace una década... 

Yolanda Castaño …. sobre todo poeta.

Eran los dieciocho y pocos de su vida y allí estaba, Yolanda, en medio de un verso erótico, paseando su belleza juvenil por el jardín de las camelias del viejo Pazo de Mariñán. Impresionaba aquel desparpajo, recitado, de aquella niña feliz de mirada curiosa y rostro fascinante…

Faltamos a clase. Cómo me buceas.

Faime o que sabes que me gusta que me fagas.

Cociñándome a tua hipérbole a un fogo mui lento.

Cando as nosas emocións xa nos doen de tanto usalas,

de alritadas e enroxecidas, que tanto pagaron a pena.

Comeo todo, meu ben, como cando eras pequeno,

e apertámonos moito para que non caiba mais nada…

Confieso que ya entonces me cautivó por la dulzura con la que pronunciaba la lengua que mamé y me recordó que la poesía era pura vocación, algo muy superior a un género literario o al arte de la rima…

Había un labio lácteo

apoteósico a rebosar.

Desorbitar os rebordos

e todo verquido.

Un labio lento, violento,

a derreterse na abundancia

saíndose por fora…


Un tiempo más tarde, Yolanda paseó su recitado por el claustro barroco del monasterio de Celanova, impresionándome otra vez bajo aquella arquería gótica magnífica, mientras cuatro turistas  la desnudaban al contemplarla asombrados por una belleza capaz de superar el entorno…

Qué pensarán.

Eu toda grácil entre as garras dunha negra criatura.

Litros de barbaridades con purpurina,

e o meu tempo acomódase á túa mandíbula cómplice.

Eu canto para ti todas as posturas escotofílicas

e ímolas reproducindo coa feroz inocencia do debutante,

frecuentamos os vulcanos e eu fagoche de todo:

eu vestal con uve e ti bestal con be…

Yolanda fue después un videoclip donde el alma superaba aquel cuerpo magnífico envuelto en un voluptuoso vestido de papel y las palabras fluían duras junto al mar en la ciudad-barco…

Abstéñome de pronunciar esas sílabas sublimes

pero gústame cómo abrazase

o teu pelo fai xogo co meu vestido.

Os teus dedos patinan nas miñas medias.

O meu verde co teu azul…

Hubo también un día en que Yolanda se puso seria y desde la plataforma de la Asociación de Escritores en Lingua Galega se hizo aún más poeta, aunque también lingüista y defensora del arte patrio en el parlamento de papel.

Que non morran as batallas que me sentan tan ben.

Decido se traducirás os meus acenos profundos,

se encolaremos os nosos nocellos, decido a nosa voráxine.

Ti queres que te aperte forte e xa sabes ónde está o teu sitio.

Falándonos das arborescencias que aniñan detrás dos abrazos…

Sin embargo debió ser aquella noche de arte común junto al faro del fin del mundo, cuando Yolanda se desdobló en musa para quemar sus palabras escritas en el fuego purificador de las artes más antiguas…

Os nosos dáctilos Par a Par.

Soños fértiles Par a Par.

Parecía imposible que coubese tanto alento,

tan madrepérola como agora nos preña.

Veña, miña bela bestia, vén coa túa yolandalatría…

Y ahí la tienes, ahora, en la hora oculta de la tele, convertida en la señorita profesora que corrige los muchos errores que cometemos los humanos gallegos en el asunto de la lengua…

 Ás veces se reproba nos –e sobre todo nas- poetas, comportamentos tan mundanos como ser empresario, posar para un medio gráfico, ter unha imaxe coidada ou cobrar polo seu traballo. Nunca entendín a frase “eu non son poeta, aspiro a selo”. ¿Alguén que traballa a madeira aspira a ser carpinteiro’? ¿É “poeta” oficio ou adxectivo calificativo?

(Fragmentos de poemas pertenecientes al libro “Vivimos no ciclo das Erofanías”, Yolanda Castaño, 1998)