Cuando Julio Iglesias cantaba aquello de… “Hey, no vayas presumiendo por ahí…”, ni se imaginaba que el tiempo y el envejecimiento le irían bajando su fuerte dosis de vanidad y perdería mucha movilidad. Lo que pasa que a un tipo como él le sobran las muletas porque tiene mulatas para que le ayuden a caminar por la playa. Es de mi edad, 80 tacos. Bueno, yo soy mayor porque él aún los cumple el 23 de septiembre. Da igual. Esta mañana me he vuelto a mirar al espejo y me dije a mi mismo que también soy de la resistencia.
A vosotros, las y los jóvenes cronistas de sociedad que os mostráis ahora crueles con Julio os invitaría a que lo miraseis como si fuera vuestro espejo: es que dentro de nada estaréis igual que él, porque el tiempo no perdona. A nadie, ni siquiera a los muy ricos y famosos.