El salmón ha vuelto al río Miño...

Xerardo RODRÍGUEZ 

EL SALMÓN HA VUELTO AL MIÑO

Desde Tomiño me han dado tremenda alegría porque el salmón ha vuelto al estuario del gran río e incluso río arriba. Un amigo pescó un ejemplar de diez kilos; hacía más de cuarenta años que no se veía cosa igual.



El Miño en su tramo final es de gran riqueza pesquera: abunda la lamprea y la angula, pues se van pescando. El sábalo y el salmón viven un buen momento, se van recuperando. La solla -que sigue siendo para mí la reina del río porque es una verdadera exquisitez- es lo que me pierdo ahora que me vine al Val da Mahía en busca de la inspiración, imitando a Rosalía.

De todas formas, le he prometido a Gloria que este verano buscaríamos a Cesar Paredes y volveríamos a aquel chiringo de As Eiras para recordar lo bien que sabe un pez de río.

Este Miño final es el espejo mágico de la vida y la gente de estas tierras que esmalta sienten por él verdadero respeto. El agua refleja los cielos limpios y crea flores de cristal. La ribera es el refugio ideal de las aves de paso y en la Illa do Amor crecen rosas silvestres entre los amieiros, puestos allí para que nos protejamos del sol de verano si elegimos su hermosa playa fluvial, de agua dulce o de agua salada, según la marea.


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