En la finca de al lado hay una casa encantada...

XERARDO RODRÍGUEZ 
Galicia Única 

En la finca de al lado hay una casa encantada. Mis amigos los gatos la han tomado prestada, como vivienda, salvo Gatito. Hoy llueve a mares y me saludaron desde el inacabado porche, felices, porque, tras su manifestación de ayer, alguien tuvo a bien abrirles la puerta del inmueble que habitarán hasta el final de sus vidas… porque el encantamiento que paró la obra es y seguirá siendo un misterio. Al menos mis vecinos, callan toda circunstancia sobre la inconclusa mansión.

Gatito se fue con mi nieta Alicia que debió ser la única que acarició a este bebé de gato, repudiado por su familia y especialmente por su madre. Es que Gatito no es todo negro como sus hermanos, sino negro y blanco, porque así lo quiso su adn. Gatito, creo, que es un símbolo del antirracismo gatuno. Ahora convive con Mojito, el perro de Alicia, con el que comparte sofá. Mira tú por dónde una simple caricia le cambió la vida a un gato que se aprestaba a estudiar la carrera de vagabundo.


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