Xerardo RODRÍGUEZ --- UN DÍA CUALQUIERA Desperté con la radio en la mano como si fuera el Dr. Frame cuando era un crío: los domingos vení...
UN DÍA CUALQUIERA
Desperté con la radio en la mano como si fuera el Dr. Frame cuando era un crío: los domingos venía a nuestra habitación y me tiraba de ella con aquellos deditos pequeños, para que me levantara y le llevara de paseo con su hermana Gloria por el gran Vigo, mientras la buena madre dejaba todo como los chorros del oro y se ocupaba de aquel nuestro bebesiño, Betiña, que se pasaba sus primeros meses durmiendo. Íbamos hasta el puerto, al del Berbés… y luego todos a comer a un furancho. Nuestros domingos siempre fueron estupendos.
Era un barrio que cedió sus mejores espacios al puerto, para que cobrara la mayor importancia. El Berbés aún hoy es un típico barrio litoral, con sus casas asoportaladas en cuyos bajos siempre hubo negocios o chiringuitos relacionados con el mar. Incluso redeiras, como demuestran antiguas fotos del Archivo Pacheco, en las que se nos recuerda que antes que un puerto el Berbés fue una playa.
Hasta hace pocos años este era un barrio amenazado por la ruina. Hasta tal punto que muchos de sus edificios podrían caerse. Esto obligó al ayuntamiento a reaccionar. La recuperación de la Ribeira, una de las más emblemáticas zonas de la ciudad, fue uno de los grandes logros municipales.
Así, barrio y puerto, conjuntamente, han despertado un enorme interés ciudadano y para mejor comprenderlo, hay que leer a Ferrín… Nadie como él para describir, con la dulzura de nuestra lengua, el espectáculo que se crea en la Ribeira del Berbés, todos los días…
«…As gaivotas, os berros das mulleres cos seus carretóns, os das xentes da colla indo de aquí para alá; os maquinillos dos barcos descargando as caixas do peixe… ¡Aboúxannos as orellas e encántannos a ialma!».
Me hubiera gustado ir hoy al Berbés, a contar los barcos; con Gloria, mis tres hijos, con mi yerno Pablo y con mis cuatro nietos. Les contaría la batallita del abuelo que tiene en su pupila aquellas montañas de peces de la descarga de muchas madrugadas.
Pero el viaje solo se quedó esta vez en un bonito sueño matinal…