Xerardo RODRÍGUEZ S entarse en la Alameda al lado de quienes gozan del invierno de la vida para escuchar sus conversaciones es como sacudirt...
Sentarse en la Alameda al lado de quienes gozan del invierno de la vida para escuchar sus conversaciones es como sacudirte el pesimismo del cuerpo, ese que te contagia la niebla nacida del Tambre, cuando resbala por Trasdomonte sin atreverse a encaramarse en el Monte Castelo.
Esta mi gente mayor, estudiosa de la filosofía de la vida, tiene las sienes de plata y alguno almacena en su cerebro los recuerdos de más de 100 años de existencia…
—- A min, cando era novo, gustábanme moito as películas de Kirk Douglas…
—- Seica morreu ós 103 anos cumplidos.
—- ¡ Xa lle cunden!
—- Pero si tí tés 101 e hai que ver como estás…
Entonces, lo miras; te asombra su lucidez, ves que ni tiene bastón, solo unas cuantas arrugas en la frente, aún le brillan los ojos… y tímidamente entras en la escena.
—- ¿Me permite? ¿Pódolle facer unha pregunta?
—- A que queira…
—- ¿Cómo se chega os cen anos?
—- Pois con moita paciencia, que unha cousa é a carrocería e outra o motor.
Cuando llego a casa rebusco entre las estadísticas de Galicia y me sale una buena cuenta: hay poco más de un millar de abuelos que forman parte del ranking centenario y proporcionalmente somos los campeones de España del envejecimiento.
—- ¿E iso é bó?
Por lo de pronto pueden presumir de haber llegado a la edad de oro, que es el tiempo que marca la última vitalidad y acorta las distancias con el futuro.
Sin embargo los aquí nacidos el año pasado solo sumaron 16.550 y se nos fueron lo doble de paisanos, 32.404 para ser exactos. Esto nos deja un saldo vegetativo preocupante, muy preocupante. Los expertos lo califican de muy negativo.
Así que en esta Tierra Única, en la que no hay fascistas sentados en el Parlamento, sois todos bienvenidos. Los mayores y los menores de edad, que ya creceréis. Nos da igual que seáis africanos que latinoamericanos. Os damos la bienvenida a todos. Para equilibrar la balanza de población… pero también porque nacimos, como vosotros, con el alma errante.
Me alegró mucho este dato: en 2022 les concedieron el pasaporte español a 2.373 nuevos gallegos, lo doble que en el año anterior. Nacieron en Marruecos, Colombia, Venezuela, Brasil, Portugal, Rumanía, Senegal, Perú, Uruguay y Argentina.
Yo les doy las gracias a todos y a todas por elegir Galicia para vivir. Que sepáis que aquí se os quiere y creo que es magnífico que descubráis este país.