Postal del día) Hablemos de los furtivos de la madera...
Xerardo RODRÍGUEZ
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LOS FURTIVOS DE LA MADERA
Primero llenaron los montes de eucaliptos y casi nos quedamos sin bosques autóctonos, esos que nos parece que están encantados y que inspiraron al mismísimo Wenceslao Fernández Flórez su mejor obra, llevada al cine varias veces, películas que elevaron el sentido de nuestras protestas.
Luego, los madereros contagiaron a nuestros paisanos y ellos mismos hicieron crecer eucaliptos para la construcción y para leña, despreciando nuestras especies nobles, el carballo y el castiñeiro. En medio de tanto eucalipto fueron plantando pinos para la celulosa y aumentando la nómina de especies arbóreas imperfectas en nuestro medio ambiente.
Para colmo, en el monte como en el mar también hay furtivos de la madera que roban los carballos y castiñeiros: vecinos de Boiro -y no es la primera vez- denunciaron la tala de árboles en sus fincas que dejaron para colmo sin limpiar, llenas de maleza y ramas. Según la denuncia presentada ante la Guardia Civil, los furtivos de los árboles saquearon ocho mil metros cuadrados de especies autóctonas.
LOS FURTIVOS DE LA MADERA
Primero llenaron los montes de eucaliptos y casi nos quedamos sin bosques autóctonos, esos que nos parece que están encantados y que inspiraron al mismísimo Wenceslao Fernández Flórez su mejor obra, llevada al cine varias veces, películas que elevaron el sentido de nuestras protestas.
Luego, los madereros contagiaron a nuestros paisanos y ellos mismos hicieron crecer eucaliptos para la construcción y para leña, despreciando nuestras especies nobles, el carballo y el castiñeiro. En medio de tanto eucalipto fueron plantando pinos para la celulosa y aumentando la nómina de especies arbóreas imperfectas en nuestro medio ambiente.
Para colmo, en el monte como en el mar también hay furtivos de la madera que roban los carballos y castiñeiros: vecinos de Boiro -y no es la primera vez- denunciaron la tala de árboles en sus fincas que dejaron para colmo sin limpiar, llenas de maleza y ramas. Según la denuncia presentada ante la Guardia Civil, los furtivos de los árboles saquearon ocho mil metros cuadrados de especies autóctonas.