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+ Texto : Alfredo COSTAS VILLAR
+ Fotos : A. R. 
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Creo que nunca me hizo tanta ilusión escribir un artículo. Llevaba tiempo queriendo hacerlo presente y contar lo considero necesario. Pablo Castro Chapela es -sin duda- mi jugador favorito en el deporte del Balonmano. Desde sus inicios por el Balonmano Cangas y hasta ahora en el Atlético Novás. Con este escrito pretendo dar a conocer a un profesional del Balonmano que no está bajo el gran foco, como si lo están otros grandes ilustres como los jugadores de la selección, por ejemplo. Con todo mi respeto y cariño hago presente este artículo sabiendo que el estará muy orgulloso de leerlo y experimentar las lógicas emociones que entiendo podrá suscitarle.


Para empezar, Pablo Castro nace en el año 1996, en Cangas do Morrazo. De su etapa educativa tengo los primeros recuerdos, en el colegio de San Roque. El era un chico fortachón y con un cuerpo muy desarrollado, para nada obeso ni con sobrepeso, era el, auténtico y para mi una fisonomía muy especial ya que había pocas personas con esas características en aquel entonces. 
Seguramente, entonces, alguno se pasó de listo y se meterían con el; como hacen los cobardes que no hacen otra cosa que buylling porque no saben hacer otra cosa que meterse donde no les llaman. 
Su paso por el colegio de San Roque, dio paso al Monte Carrasco, donde nos alistábamos después de cumplir la etapa de escolarización en primaria. Era un salto enorme a nivel educativo, ya que de repente cambiaba mucho el significado de lo que nosotros considerábamos fácil. 
Pero Pablo (al igual que en sus partidos de Balonmano) luchó y consiguió cosas brillantes, seguramente auténticas gestas llenas de aprendizaje y sabor de victoria. 
A mi en esta etapa no me dio para coincidir con el, porque llevaba un año de más de los cuatro que correspondían: sabía de el por mi hermana, que con el compartió clase. 
Protagonizó momentos especiales junto con sus compañeros, en una asignatura llamada Audiovisuales e impartida por Miguel Cameselle, el profesor de música. La película Alumnator, un cortometraje que trataba sobre unos robots que llegaban al instituto. El era uno de los tantos de esa clase y de esa maravillosa generación que salían en la peli. Un film que recuerdo con especial nostalgia, ya que fue el primer recuerdo que tengo previo a llegar al instituto, película del año 2011 si mal no recuerdo.

Durante un corto tiempo, a Pablo le perdí un poco la pista, hasta que llega el momento de dar su salto a la Liga Asobal, esa liga tan especial donde el Balonmano Cangas sigue haciendo historia año tras año. El debut de Pablo se produce cuando yo tengo a lo mejor 14-15 años : el era un chico de apenas unos 19 años, que debuta en el primer equipo asentándose como una pieza defensiva sensacional, ayudando al cuadro cangués en lograr esas agónicas permanencias en la categoría, lo que para un chico y seguidor como yo fueron un acontecimiento inolvidable y profundamente emotivo siempre. 
¡Quien me diría que además de haber jugadores como Raúl Entrerríos, Victor Tomás, Karabatic... entre ellos estaría el numero 81 del Balonmán Cangas, un pivote de más de metro 90, que deslumbró al pabellón de O Gatañal, y demostró sobre todo que más allá de tener nivel lo que cabía era demostrar permanente esfuerzo y enorme superación. 
En Asobal, así, en su historial, destacan sus más de 120 partidos con el equipo de Cangas, y más de 40 goles anotados. Quizás la ultima temporada de Pablo fue la más dura, en donde no estuvo con la confianza necesaria ni los minutos que a mi juicio hubiera merecido, posiblemente muchos más de los que le dieron.

La decisión del año de la pandemia era... que saliese cedido al Ibiza, una decisión dura e inentendible ya que en principio se trataba de una cesión, o eso nos había hecho entender el club. No fue ni mucho menos una cesión, ya que a día de hoy, tres años después, nunca ha vuelto a pisar O Gatañal. El club se puso en plan limpieza de su gente y a dejar al equipo huérfano de la gente del propio lugar, Cangas, algo inexplicable en una entidad que siempre presume de ser un gran ejemplo para los chicos de la casa. Pablo jamás ha vuelto a O Gatañal; la promesa del club fue una tomadura de pelo absoluta y esa evolución que Pablo sí mostraba... no la vieron y ficharon en su lugar a otros que no solo no dieron el nivel, sino que luego los tuvieron que mandar por la puerta de atrás.

Pero bueno... de decisiones extra-deportivas prefiero no hablar, ya que todo el cariño que tuve al club de Cangas, todo el disfrute y el amor que me habían transmitido se disipó el año pasado cuando el último jugador cangués que quedaba se fue... porque no le renovaron. Algo que me parece intolerable como aficionado del Balonmán Cangas, por la ruptura con los símbolos propios de identidad que el club siempre tuvo y -tristemente- ha ido perdiendo.....

Pablo se encuentra hoy en día jugando en O Rosal, en el Novás, un club que le ha aportado la confianza necesaria para seguir creciendo, algo que podéis comprobar si veis alguno de sus partidos; ha mejorado sus prestaciones, ha mejorado en calidad de minutos, y sobre todo en la siempre difícil posición de pivote.

Para terminar estos apuntes, desearía decirte, querido Pablo, que tienes todo mi afecto, que para mi como aficionado has sido y eres esencial. Aprendí muchas cosas de tu esfuerzo constante, de tu compromiso permanente... contigo mi vida dio un giro en el Balonmano y en la realidad. Gracias por haber sido un referente para aquella generación que tu entrenaste : Eloi, Xabi, Pedro... aquel gran equipo que muchos siempre agradecerán que tu hayas sido el entrenador de su vida
Siempre serás un enorme referente dentro de este deporte y pase lo que pase siempre te admiraré. Mis primeras vivencias contigo son increíbles y te mereces sin duda lo mejor, porque personas como tu -en este mundo del Deporte- no hay tan generosas y humildes, que desprendan tanto amor en cada acción que realizan. 
Me gustaría decirte que, a partir de ahora, voy a llevar y presumir con tu camiseta, con el numero 35 del Atlético Novás; de modo que que la gente sepa lo que valen las grandes personas. 
Un abrazo muy especial para ti. Y gracias sinceras por siempre tratar tan bien a Inés, mi hermana; sobran las palabras para decirte lo mucho que te queremos.