Hay una conocida expresión popular portuguesa para definir situaciones como la vivida -políticamente hablando- por Marta Fernandez Tapias, en su confrontación municipal con Abel Caballero. Un portugués diría -con perdón- que "o Abelinho comeu-a de cebolada, literalmente"
........................................................................................................
El Partido Popular de Vigo lleva ya años -demasiados- convertido en el camarote de los hermanos Marx, el ejército de Pancho Villa, o la entrada de los cojos en Betanzos -dicho sea esto último, expresión figurada también, con perdón-.
El Partido Popular de Vigo lleva ya años -demasiados- convertido en el camarote de los hermanos Marx, el ejército de Pancho Villa, o la entrada de los cojos en Betanzos -dicho sea esto último, expresión figurada también, con perdón-.
Demasiados años ya y demasiados intentos de enderezar el rumbo sin lograrlo.
En el PP de Vigo, todo parece indicar que desde que llegó Tapias a la presidencia, la presencia activa de determinados destacados militantes y cargos se ha ido diluyendo. Dice Marta que cogió el partido roto y lo unió, pero la realidad es que bastantes populares creen que logró todo lo contrario. Y tras ello, ahora habría un "nuevo" PP de Vigo, que algunos creen débil y con algunas personas inmersas en la estructura popular viguesa que no conocen muy bien la idiosincrasia de la ciudad...
Fue así, sin Oposición enfrente en la vida municipal, cómo se consolidó a sus anchas el reinado del faraón don Abel al frente del Concello de Vigo.
Hace un tiempo, hubo elecciones internas en el PP vigués, tras un tiempo previo de una gestora al frente. Era diciembre de 2019 y la gente usaba máscara entonces. La entonces delegada de la Xunta en Vigo obtuvo 300 votos frente a los 222 de su rival, Javier Guerra.
Feijoo exigió en la clausura del vigués congreso-votación que hubiese unidad y reconoció "no haber sabido vender bien las inversiones en la ciudad" como justificación a la falta de Oposición municipal -popular- al todopoderoso Caballero.
Desde entonces, Marta Fernández Tapias estaba al frente del PP de Vigo.
Decimos estaba, porque justo en el arranque de la campaña electoral reciente, elecciones tan trascendentales para Galicia... esta buena señora que estaba al frente de los populares en la ciudad más grande del país, va y dice que se larga, que lo abandona todo y que se va con su música a otra parte.
Sí, en pleno arranque de campaña electoral la capitana del barco anuncia a propios y allegados que lo deja todo : el mando en el PP de Vigo, el Ayuntamiento, la Diputación donde era vicepresidenta... ¡todo!. Se escuda en "razones personales" y ¡ancha es Castilla!, ahí os quedáis queridos amigos...
No se guardó en secreto su decisión, sin que nadie lo supiese hasta que llegase la noche del 18-F; no; soltó la especie antes, días antes, en plena campaña... lo que es de una irresponsabilidad política superlativa, ciertamente; y de una evidente ingratitud política a todos los que la ayudaron a crecer en el PP y a ocupar puestos de alta responsabilidad...
Pero... el hecho de largarse, no es el problema. Y menos cuando el personaje político había fracasado notablemente en las municipales, no había relanzado el Partido en Vigo como el PP necesitaba, etc. etc. etc. El problema no es que se largue, el problema es el mal ejemplo que dio a la tropa en momentos de tanta movilización y fuerte compromiso, anunciando en plena batalla que se larga...
Poco antes de la Navidad de 2019, Feijóo exigió unidad... al final de aquel congreso-votación de Vigo... Ha tenido Marta Fernández Tapias 4 largos años para lograr esa unidad... y no la ha logrado. ¿Lo ha intentado?. Hay quien cree que si lo ha hecho, ha sido solamente cara a la galería; pero no a conciencia política completa; no en el modo que el PP de Vigo necesitaba...
En esta hora del adiós, Marta Fernández Tapias ni deja un partido en Vigo unido, ni ha logrado crecer en la esfera municipal y recuperar hasta un mínimo digno de lo que es y representa el PP en la ciudad. Se conformó con arañar unos cuantos votos más en Vigo, en las elecciones en las que tenía a su cargo el PP vigués... y hasta presume de ello, a título de despedida.
Después de lo que ha hecho, después de su incapacidad para no pensar antes en ella, sino en el partido... hasta que las elecciones autonómicas hubiesen concluído, más le valdría marcharse calladita y sin liarla más.
Hay quien ve, en esta sino airada, cuando menos escandalosa marcha de la primera fila del PP, de la impaciente Marta Fernández Tapias, algo así como -políticamente hablando- bastante de capricho y no poco de frivolidad, además de una tremenda deslealtad porque -recuerden- dijo que se iba... en plena campaña electoral.
En el PP de Vigo, todo parece indicar que desde que llegó Tapias a la presidencia, la presencia activa de determinados destacados militantes y cargos se ha ido diluyendo. Dice Marta que cogió el partido roto y lo unió, pero la realidad es que bastantes populares creen que logró todo lo contrario. Y tras ello, ahora habría un "nuevo" PP de Vigo, que algunos creen débil y con algunas personas inmersas en la estructura popular viguesa que no conocen muy bien la idiosincrasia de la ciudad...
El resultado también es que algunos que otrora fueron destacados militantes y activos del partido en Vigo parecen instalados ahora en la desidia por la actividad política, tal vez porque han trabajado
mucho en el pasado, quisieron hacer cosas en la "nueva" etapa y... no pudieron. Y no faltan, aún, quienes por no ser unos corderitos y no aplaudir con las
orejas, han visto cómo les han ido dejando por el camino...
Sea como fuere, Marta Fernández Tapias ya es historia pasada en el PP de Vigo. Pero tal vez más exacto sería decir que MFT no pasará a la historia del Partido Popular vigués. Ni unió, ni relanzó el partido. Nadie le niega su buena voluntad, su empeño en trabajar... pero no supo conducir el autobús por el camino correcto; autobús al que bastantes no se subieron -o no les invitaron a subir-, con el resultado de demasiados asientos vacíos a la hora de la verdad.
Y eso que Feijóo les había exigido unidad aquel 18 de Diciembre.