El placer de la victoria... Los ricos tienen muy mal perder
EL PLACER DE LA VICTORIA
Digo adiós a octubre con sol y con alegría en mi cuerpo viejo, que siguen aumentando los días de mi ancianidad. He de pensar en que todo goce es mínimo para compensar lo poco que me queda en este mundo, por mucho que me quede y según queramos imaginar.
Me place alardear de la arrolladora victoria de los niños de la cantera sobre las costosísimas estrellas veteranas del fútbol europeo. No se me va de la cabeza el Clásico, donde la humildad avasalló a la chulería de un clube que paga lo que sea con tal de ganarlo todo, agrandando el valor del dinero. El 0-4 demostró que vale más la pasión y la sonrisa de un niño con brackets que todo el oro del mundo.
No soy ni del Barcelona ni del Madrid, ni despierta mucho interés en mí el deporte mercantilizado, pero una victoria como la del sábado me recuerdan los tiempos iniciáticos del Celta.
LOS RICOS TIENEN MUY MAL PERDER
En un bello teatro de París vi también como ese mismo niño, Lamine Lamal, sonreía cuando los del Balón de Oro le distinguieron como la gran promesa del fútbol mundial y volvió a hacerme feliz. Él y todos los premiados que nos dieron una lección de valores con sus intervenciones, contribuyendo a engrandecer el deporte y el espectáculo. Enhorabuena a todos los premiados, pero especialmente a Jenni Hermoso y Rodri Hernández, elegidos los mejores jugadores del mundo, que se llevaron el preciado trofeo, el máximo galardón individual femenino y masculino del futbol profesional.
Todo resultó magnífico en París menos la ausencia de los perdedores del Clásico, los del Real Madrid, cuya rabieta le retrata como colectivo y a nivel individual en la figura de su presidente.
Florentino Pérez esperaba que el premio otorgado por cien periodistas especializados de cien países diferentes recayera sobre su estrella Vinicius Jr. para paliar su derrota frente al Barcelona. Por eso dio la orden de que nadie fuera a la Gala del Balón de Oro cuando ya estaban todos en la escalerilla del avión y se enteraron de que ese no iba a ser el resultado. Y se quedaron en Madrid a pesar de obtener dos importantes distinciones como mejor club de futbol del año 2023 y el de mejor entrenador de la temporada para el suyo, Carlo Ancelotti.
Nos quedó claro que los muy ricos como Florentino tienen muy mal perder.
XERARDO RODRÍGUEZ