TRAMPAS PARA CICLISTAS Dice el fiscal general del Estado, en su informe: “El caso de Pontevedra resulta alarmante por cuanto se detect...
TRAMPAS PARA CICLISTAS
Dice el fiscal general del Estado, en su informe:
“El caso de Pontevedra resulta alarmante por cuanto se detectan comportamientos que comienzan a extenderse, consistentes en crear obstáculos en la calzada para impedir a los ciclistas la circulación y acceso a determinados lugares, siendo sujetos activos, comunidades vecinales de utilización de montes y espacios de uso común o encargados o titulares de aprovechamientos de caza los que ponen tales obstáculos”.
No seré yo quien acuse a nadie de poner en peligro la vida de la gente, pero me parece que el hecho de que alguien ponga “trampas” a los ciclistas que recorren los espacios naturales en bicicleta de montaña para hacer deporte, es un hecho deleznable que define la bajísima catadura moral del “tramposo”.
Parece que en los montes de la provincia de Pontevedra, especialmente en aquellos que son habituales lugares de caza, son demasiado frecuentes los “accidentes” provocados por cuerdas, alambres y obstáculos que alguien pone en las pistas de uso común, en las que está autorizado el ciclismo de montaña.
Y esto es lo que denuncia el fiscal general del Estado para que actúe la Justicia, puesto que se trata de un hecho criminal. Esperemos que actúe antes de que tengamos que lamentar más accidentes como el que, sin ir más lejos, dejó en silla de ruedas a un ciclista que tranquilamente hacía deporte en el Monte Alba, uno de los miradores de Vigo.
Es más. Hay “cazadores” con intenciones verdaderamente criminales, como por ejemplo los que colocaron en montes de Verducido cables de acero a la altura del cuello de los ciclistas y tablones en el suelo con clavos, un caso investigado por la Guardia Civil.
Estos individuos pertenecen a la fauna más “salvaje” de nuestro entorno natural. Son de peor calaña que cualquier depredador y hay que “cazarlos” a ellos para evitar posibles tragedias.
EL GIGANTE BLANCO
Es un animal majestuoso, impresionantemente bello, habitante del albor inhóspito del Ártico y quizá el más fuerte del planeta. El oso polar, para algunos científicos, goza de buena salud y en ciertas zonas abunda. Pero otros estudian si le afecta el cambio climático, porque detectan una alarmante disminución de la población de los “gigantes blancos”.
La organización ecologista WWF, por ejemplo, lo tiene clasificado como una especie en peligro de extinción y le pone fecha de caducidad para el siglo próximo, “si continúa la tendencia actual del calentamiento del Ártico”. Para evitarlo una de las cosas que hemos de hacer es reducir los conflictos entre el hombre y el oso cuando, debido a la falta de hielo, se ve atrapado en tierra por períodos más largos de lo habitual.
Esta semana un oso blanco ha sido viral al ser sorprendido caminando herido y medio muerto, antes de ser salvado por una comunidad local de Alaska.
XERARDO RODRÍGUEZ