En esto que suena la musiquita de tu móvil, vas a descolgar y ya no eres capaz porque han colgado. En la pantalla queda reflejada una llamada perdida y un número largo, pero tú te imaginas que es de una centralita y llamas, a ver de qué va.
Es un pufo. Un timo que te va a costar una pasta porque quien te llama es un delincuente que reside en el quinto pino y tiene asignada una tarifa especial que pagarás tú, íntegramente. Además, si contestas, será capaz de entretenerte porque lo más probable es que te enrolle una máquina. Cuanto más dure la conversación, más grande es el pufo.
La Policía Nacional es quien alertó de esta nueva estafa tecnológica que puede venir de Albania, prefijo internacional 355; de Costa de Márfil, 225; de Ghana, 233 o Nigeria, 234… ¡No contestes si los números están encabezados por estos prefijos!

OTRA VEZ INDIGNADOS

Soy de los que gusta del olor a tinta, pero, últimamente… las noticias que leemos y las que nos llegan de nuestros informadores habituales hacen que yo también me sume a la indignación generalizada. Mi amigo Guillermo cree que es mejor bostezar el aburrimiento a, como pedía Pablo, llevar nuestra rabia a la plaza. Guillermo es un pasota y Pablo un nostálgico. Eso lo dice Fernando, exalcalde al que todos miramos de reojo pese a que el pobre es un jubilado modesto como el que suscribe. A él no le extraña que le miren así y solo se arrepiente de no haber seguido de manzanillo en la caja de ahorros. Porque el slogan que se escucha ahora desde la contrapolítica es el de “España va mal”. Incluso hay quien añade: “…y Europa… y el Mundo”.

Xerardo Rodríguez