EL SEÑORÍO ESPIRITUAL DE GALICIA - 

Entonces perdámonos tu y yo entre la belleza del bosque para olvidarnos de los males del planeta, que aún conservamos el santuario de los celtas. Le llamaron Lubre porque tiene el encanto del paisaje inédito. Pocos se atreven a adentrarse en este lugar mítico, en el que crecieron los árboles del señorío espiritual de Galicia. Pisemos pues el tapiz de hojas con el que los senderos se protegen del cambio climático.


Estos árboles de nuestro bosque tienen extrañas formas y a ellos se abrazan líquenes misteriosos, para procrear el espacio de la leyenda imaginada de casas de gnomos y hadas madrinas bailando sobre el verde de los helechos. Entre canciones de pájaros y murmullos rumorosos de agua transcurre el tiempo y la fantasía envuelve toda esta hermosa geografía vegetal.
Por entre las hojas caídas, fluye el agua transparente, pura y peregrina, buscando la corriente favorable que le haga crecer en el vientre de una de las mil venas fluviales del país. Aunque nunca se sabe bien si es la fraga quien da origen al río o es el río de brillantes superficies irisadas quien provoca el misterio del bosque mágico.
En Galicia tenemos cien bosques poblados de árboles fantásticos en los que brota la perfecta armonía y en cuyas fuentes mana la fuerza vital. En ellos están los espacios esenciales y son las sombrías selvas las que ocultan los grandes tesoros de la tierra. Hay que perderse en ellos para que nos distraigan de las desgracias colectivas.

XERARDO RODRÍGUEZ