La autovía, el tramo de autovía que enlaza Puebla de Sanabria con Benevente se cobró esta semana dos vidas y dejó aniquilado un "Lamborghini" último modelo. En este viajaban Diogo Jota -futbolista internacional portugués, jugador del Liverpool- y su hermano André Silva -también futbolista en el Penafiel que acaba de comprar el banquero Escotet-.

Hoy, en Gondomar, al lado de Porto, en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal, han enterrado lo que quedó -una vez abrasados- de aquellos cuerpos reducidos a restos mortales muy desfigurados. En el funeral, oficiado por el Obispo de Porto, don Manuel Linda, se dieron cita cientos de personas relacionados con el mundo del fútbol y... fuera de la insuficiente iglesia, a pie firme siguieron la misa miles de espontáneos, populares, todos con la emoción y la lágrima más o menos contenida en sus rostros.

La Vida. En un instante perdida por Diogo y André. 

Un neumático reventado, un coche que da varias vueltas de campana saliéndose de la vía y se incendia... unos restos mortales. Una ejemplar identificación en Medicina Legal (Zamora) y Guardia Civil, en tiempo récord. Una familia absolutamente destrozada. Un final trágico, explosivo, bestial... para un viaje que era hacia Santander -con el propósito de tomar allí el ferry destino a Inglaterra- y acabó a pocos kilómetros de Puebla de Sanabria.

Nadie garantiza saber las causas. Nadie lo sabe. Por el momento al menos.

Y sin echar culpas de lo sucedido a nadie : ni al conductor, ni al cansancio, ni a la medianoche que era, ni al vehículo, ni a las ruedas, ni a la autovía... un suceso como este, tan bestial, tan tremendo, tan perder la vida en un instante, sí debería servirnos a todos para reflexionar.

¿Tenemos el piso de las autovías -singularmente esta "autovía das Rias Baixas"- en las debidas condiciones...?

¿Siguen o han sido reparados aquellos tremendos boquetes que entre Verín y Puebla de Sanabria "adornaban" durante meses y meses esta misma autovía tiempo atrás...?

¿Merece la pena correr, por mucho que nuestro vehículo y su motor lo permitan?

¿Tenemos los vehículos que utilizamos en las debidas condiciones siempre?

¿Somos conscientes realmente, en todo momento, de la fragilidad del ser humano...?

Ojalá que estas dos muertes de estos dos jóvenes, en lo mejor de la Vida, sirvan al menos para que la Sociedad reflexione. Ojalá.

Descansen en paz Diogo y André

Que el Señor Todopoderoso les acoja en su seno y conforte en su dolor infinito a tan desgraciada familia que sufre ahora tan irremediable pérdida.


Diogo Jota y su hermano André Silva. Descansen en paz