Por tierras de Fisterra, que ahora están más de moda que nunca... porque cada vez son más los peregrinos a los que arrojar las botas al acantilado o al mar les parece ritual necesario cumplir. Por eso, después de Compostela siguen hasta Fisterra que ya son kilómetros, no hay duda, completando lo que dicen que, sin ir a Fisterra, estaría incompleto... Fuimos, pero no de peregrinos, hasta el faro, hasta el final del camino suplementario... y luego, al regreso, nos detuvimos en una hermosa iglesia -construida en granito- autóctono que bien merece la pena : la Iglesia de Nosa Señora das Areas se ubica en el extremo occidental más conocido de la Península Ibérica, en el municipio de Finisterre (Fisterra), al pie del Promontorium Nerium y sobre la villa capital. Las coordenadas exactas donde está situada son 42°54′05″N 9°15′50″O, a poca altura sobre el nivel del mar y justo encima de la Playa de Corveiro. La carretera que pasa a su vera es la misma que lleva al Cabo de Finisterre, la AC-4408...
REPORTAJE GRÁFICO DE ARAÚJO MACEIRA









Finisterre (o Fisterra), en la provincia de A Coruña, Galicia, es conocido como el "Fin del Mundo" en la tradición medieval, un lugar mítico donde los peregrinos del Camino de Santiago solían completar su viaje. Situado en la Costa da Morte, este destino marca el punto más occidental de la Península Ibérica (si bien los portugueses reclaman tal cosa para su Cabo de Roca), y muchos caminantes recorren los últimos 90 km desde Santiago para llegar al Cabo Finisterre, donde las queman, sus botas o ropa como símbolo de renovación.El lugar está profundamente ligado al Camino de Santiago, siendo una extensión espiritual para quienes buscan cerrar su peregrinación con la vista del océano Atlántico. La cruz en el cabo, junto al faro, es un punto emblemático donde se siente la conexión histórica y emocional.Sus paisajes son espectaculares: acantilados escarpados, el mar embravecido y un cielo que cambia con la luz, ofreciendo vistas únicas. Las playas, como la de Langosteira, de arena fina y aguas cristalinas (que vemos en las fotos), o la más salvaje de Mar de Fora, destacan por su belleza natural y tranquilidad, invitando a disfrutar de la naturaleza en estado puro.








La Iglesia de Nosa Señora das Areas -a la que ahora fotográficamente vamos a entrar- entera está construida en granito autóctono. Cuenta con una nave central, orientada hacia el oeste, cubierta por techo de madera y teja roja del país, con poderosos contrafuertes y escasos vanos, típico del románico. La nave está precedida por un nártex de características góticas, con escalinata para acceder al campanario, de tejado piramidal y planta cuadrada. En el lado norte de la nave se ubican el baptisterio, la capilla del Carmen (gótica, con bóveda de crucería y arco apuntado en el acceso), la puerta santa (un arco rodeado de los emblemas señoriales de familias principales) y la capilla del Santo Cristo, de planta cuadrada y con cúpula de media naranja y linterna, decorada con profusión en el exterior. La puerta principal cuenta con un pórtico sin parteluz de dos arquivoltas, cuyos detalles ornamentales se hallan en su mayor parte destruidos por el mal de la piedra. En el lado meridional están las capillas del Sagrado Corazón (gótica) y la sacristía. El altar mayor es de estilo gótico y fue añadido a la nave central en su extremo oriental, de estilo gótico (con bóveda de crucería) y de menor altura que el techo de la nave principal.
En el extremo occidental, y fuera del edificio se halla una hermosa arcada románica formada por cinco arcos de medio puntos unidos que formaban parte del antiguo nártex románico del que solo se conserva parte del muro meridional.
La iglesia se halla decorada en su interior con inscripciones de origen medieval, escudos y varias tumbas que aún no han sido investigadas como se merecen.












































Finisterre (Fisterra), en la provincia de A Coruña, es mucho más que el final del Camino de Santiago. Este rincón de Galicia tiene una rica historia ligada a los Celtas y a las leyendas marineras, siendo un lugar de naufragios y misterio en la Costa da Morte. El faro de Finisterre, construido en 1853, no solo guía a los barcos, sino que ofrece una vista panorámica impresionante, especialmente al atardecer, cuando el sol parece hundirse en el mar. Además de su conexión espiritual, el pueblo de Fisterra conserva un encanto tradicional con su puerto pesquero, donde se pueden degustar mariscos frescos como percebes, nécoras, langostas, navajas, almejas, centollas... y el inevitable pulpo, aunque eso sí, quien haga esas apuestas ha de saber que el bolsillo le va a quedar agujereado...
Como antes dijimos, la iglesia de Santa María das Areas, del siglo XII, añade un toque histórico, mientras que el entorno natural incluyen rutas de senderismo que recorren los acantilados y el monte Facho, con vestigios arqueológicos como altares celtas. La lista de playas, además de Langosteira y Mar de Fora, incluye la pequeña y pintoresca playa de Estorde, ideal para los que buscan soledad. El clima atlántico, a veces salvaje, enriquece la experiencia, con tormentas que dan un dramatismo único a los paisajes. Fisterra es un lugar donde la naturaleza, la historia y la espiritualidad se entrelazan.