Dicen que es el lugar más visitado en Galicia tras la Catedral de Santiago. A Guarda es uno de los enclaves turísticos más importantes de Galicia, en gran parte por el Monte Trega, lugar de visita obligada por sus interesantes valores arqueológicos, religiosos y paisajísticos. 
Allí, la citania de Santa Trega está considerada como uno de los ejemplos de cultura castreña – romana más importante del Noroeste peninsular.
El gran yacimiento arqueológico que ocupa unas 20 hectáreas de superficie, de las cuales tan solo una pequeña parte está excavada, tiene sus orígenes documentados en el s. IV a. C. alcanzando su mayor grado de desarrollo en el cambio de era. 

El Monte Santa Trega se erige como un excelente mirador natural con unas magníficas vistas hacia el estuario del Miño, Portugal, valle de O Rosal y Océano Atlántico. Durante la ascensión del monte diferentes miradores permiten descubrir en detalle el entorno. Dos elevaciones se distinguen en la cima del monte: el Pico del Facho de 328 metros ofrece una amplia panorámica sobre el valle de O Rosal, el casco urbano de A Guarda y, sobre todo, al puerto pesquero. 
El Pico de San Francisco es el punto más elevado del Monte Santa Trega con 341 metros y ofrece unas inmejorables visitas panorámicas. Su nombre hace referencia a su orientación a la desembocadura del Miño, al islote de A Insua donde habitaron los monjes franciscanos. 

En el pico de San Francisco se sitúa la ermita de Santa Trega. Posiblemente la monja Egeria tras regresar de su peregrinación por Oriente, introdujo la devoción por la Santa entre los ermitaños del Baixo Miño, en la Alta Edad Media. Aunque la existencia de una ermita está documentada ya en el siglo XII, fueron las reformas y ampliaciones de los siglos XVI y XVII las que le confieren su aspecto actual. Excavaciones realizadas en 1994 permitieron descubrir varios sepulcros visigodos que demuestran la religiosidad del lugar.