LA RUINA DE PALMIRA
Ahora sitúate en el domingo tarde, con un frío que pela porque caen gotas heladas y en la tele el fútbol dichoso marca el compás…
Juega el Celta y estoy rodeado de nietos, hijos y demás familia. Cualquiera cambia de canal con Gloria de esa guisa: se ha puesto la camiseta de Aspas y aquí no hay quien le tosa. De momento, solo se ven anuncios: los de las casas de apuestas.
Antes solo veías este tipo de publicidad en la previa y en el descanso de los partidos, pero ahora te acosan con ese bombardeo publicitario, incitándote insistentemente a jugar, en todas las franjas de la parrilla. Da igual si es póker, bingo, ruleta o apuestas deportivas.
Mi nieto Guille, el más pequeño, ya me pregunta…
—- Abuelo… ¿Tú apuestas por el Madrid o por el Barcelona?
Y eso me reafirma en mi criterio de que este caballo se ha desbocado.
En esta España de las naciones nos preocupa mucho la política de baja estofa. Ya sabes, la del “y tu más”, la de las encuestas manipuladas, la de Cataluña no tiene solución, la del desfase, la del golpe bajo, la de la locura colectiva, la de la mentira permanente… Ya nos ocurre como a los militantes, solo nos interesa que gane el partido, el nuestro.
Y no es que hayamos perdido los valores es que, lo único que prevalece en este tercer milenio es el poder, el poder del puto dinero. Y todos queremos más y más y mucho más, como rezaba aquella ranchera.
Por eso nos llaman desde el púlpito de la tele a jugar. Pero no como lo hacía Joaquín Prat, sino como los Al Capone de aquel Chicago años veinte. Tú mismo lo ves: presentadores y actores que nos caían muy bien ponen cara de sicario para defender su causa. Algunos hasta dan miedo.
Ya, tú te crees que exagero, pero te facilitaré los datos: lo único que crece en España es el juego en línea. Lo hizo en el primer semestre de este año más de un trescientos por cien. El juego en la Red supone un 23% del total y lo peor de todo es que el porcentaje de menores que juega es de un 44’22%. Te diré más, en Galicia el 20% por ciento de los adolescentes entre 14 y 16 años reconocen haber jugado alguna vez.
Son datos facilitados por el propio Ministerio de Hacienda que ha visto como se disparaban todas las alarmas al comprobar que en el primer semestre del 2023 la gente ya había gastado el doble del 2022.
El juego en línea fomenta un vicio que ya supuso la ruina de muchas familias. Hacienda me dará mil razones para no prohibirlo, entre otras, con cinismo, sus propios ingresos, que se cuentan por miles de millones. Pero no hay Gobierno que resista una consistente demanda por consentir esta perversión, que va a terminar siendo el nuevo cáncer económico de las familias más necesitadas, las que más buscan en el azar la solución a sus problemas de dinero.
Por eso les pido a los abogados cristianos y a los que no lo son, lo mismo que a las organizaciones de consumidores, que denuncien ante la justicia a quienes fomentan la ludopatía: A las empresas que se benefician de ella, por cierto, todas americanas. A los gobiernos central y autonómico que permiten no solo la dolosa actividad sino también su insistencia publicitaria. A las televisiones y medios de comunicación que son el soporte de las apuestas…
Digo yo que… ¡Algún juez sensato le pondrá freno a este desmadre! Y espero que nadie me venga con esa monserga de la libertad de consumo. El alcohol y el tabaco no pueden anunciarse en televisión porque son malos para la salud. Pues el juego es la causa de muchas muertes…