Vuelven los toros, tras dos años de obligada suspensión -por el Covid- de las tradicionales corridas de agosto, a la plaza de Pontevedra. Ya desde hace tres meses hay confirmación de celebración de cuando menos dos corridas de toros, en sábado y domingo, caso de celebrarse en el fin de semana de 6/7 de agosto; que podrían ser 3 espectáculos, dos corridas de toros y un festejo mixto, si la feria de lleva al puente festivo del sábado 13, domingo 14 y lunes 15 de agosto. Todo se va a conocer con detalle en próximos días, como ya es tradicional cada año, una vez se cierra la Feria de San Isidro, pues era tradición de los hermanos Lozano -empresarios de Pontevedra- contar siempre anualmente con "el triunfador de San Isidro".

A propósito de esta vuelta de los Toros a la más que centenaria Plaza de Pontevedra, el jurista José María Picallo, gran taurino pontevedrés, dedicaba este domingo, a esta vuelta de las corridas al coso pontevedrés de San Roque, su habitual artículo en las páginas del Diario de Pontevedra. Y decía lo siguiente : 

Vuelven los Toros

"Tengo escrito muchas veces en esta misma columna, a la que llevo amarrado una porrada de años, que era y es un dicho popular en esta tierra que nos vio nacer, que las fiestas que se celebran en Pontevedra en honor de la Virgen de la Peregrina, no son fiestas si no hay toros. Ya sé que no es políticamente correcto, pero me importa un pito. 

Y es bien cierto. Hace unos años, creo que fue el historiador pontevedrés, Xosé Manuel Pereira Fernández, quien en una brillante conferencia demostró documentalmente que ya en el siglo XVI, se daban toros en las plazas de nuestra ciudad, como la de la Herrería, desde antes del año 1500, lo que viene a echar por tierra, las elucubraciones de los separatistas que sostienen aunque con escaso convencimiento, que el espectáculo taurino es algo ajeno a la tradición cultural de Galicia. Aunque las 7.000 almas de toda clase y condición que asisten, pagando un huevo, al coso de San Roque en cada corrida, demuestran, precisamente, todo lo contrario. Y lo seguirán haciendo este año.

En el año 1898, la revista Vida Gallega decía que esta bella ciudad del río Lérez se transformaba el día de la corrida, desde la mañana, hora del sorteo de los toros, hasta la madrugada. La villa, decía el cronista, era un hervidero de gentes. Los restaurantes y las cafeterías se muestran llenos y ya no hay entradas en las taquillas de la plaza, ni en la capital, ni en Vigo, ni en Portugal. No hay localidades, solo el bullicio de la gente que transforma el sosiego y la paz de esta Pontevedra de paseo, tan tranquila y tan amable... Igual que la de hoy, con un poco menos de paro y de locales comerciales cerrados a cal y canto.

Desde el año 1892, en el que por primera vez se dio una corrida de toros que mato Luis Mazzantini, se viene celebrando en esta capital y de manera ininterrumpida, durante el mes de agosto, la fiesta tan española y por ende tan gallega de dar lidia y muerte al toro bravo de Iberia.

Ya ha cumplido, por lo tanto, nuestra coqueta plaza, sobradamente, su centenario, que se celebró con múltiples y sencillos actos que quisieron ser un reconocimiento para aquellos pontevedreses que cien años antes y sin la ayuda de nadie construyeron esta plaza, hoy cubierta, para la ciudad y el disfrute de toda la ciudadanía. Desde entonces, este actual coso de San Roque ha contemplado más de un siglo de acontecimientos taurinos, protagonizados por lo más granado de la torería, desde Luis Mazzantini hasta Morante de la Puebla, pasando por los Lagartijo, Chicuelo, Joselito, Sánchez Mejías, Pepe Luis, padre e hijo, el Viti, Luis Miguel, Ordóñez, el Cordobés, Espartaco, Romero y Paula, Fernando Lozano, el Juli, Roca Rey... y tantos otros de España, Portugal e Hispanoamérica.

Y como ilustres espectadores no faltaron ni faltan esclarecidos e insignes personajes. El Ilustrísimo Premio Nóbel, quien Dios tenga en la gloria, don Camilo José Cela y el expresidente del Gobierno de la nación Mariano Rajoy o el ministro socialista Pepe Blanco, asistían y asisten a nuestra plaza. Pero sobre todos ellos y por su carácter de egregios, debemos significar la presencia de los Reyes don Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia, en la corrida benéfica del año 1927. Así es la Pontevedra festiva y los toros una de sus principales tradiciones, dicen que desde antes del siglo XVI. Ya llovió lo suyo. ¡Qué le vamos a hacer!"


JOSÉ MARÍA PICALLO

Abogado. Gran aficionado pontevedrés a la Tauromaquia

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La plaza de San Roque encierra entre sus muros ciento diecinueve años de historia y de afición. Aunque, en realidad, los estudiosos aseguran que la tradición taurina pontevedresa se remonta al siglo XVII. Hay así constancia de cómo los toros se lidiaban antaño en las pontevedresas plazas de A Ferrería y Alhóndiga. En sus crónicas retrospectivas de la ciudad del Lérez, el inolvidable Prudencio Landín Tobío recogió y documentó estos y otros antecedentes. Ya en 1892, cuenta este cronista que un capitán de Artillería, Benito Calderón Ozores, hermano de la marquesa de Riestra y yerno de Montero Ríos, impulsó, asociado con dos cordobeses, la construcción de una plaza de toros de madera en el Campo de la Torre, en el mismo sitio donde está la actual de piedra llamada de San Roque. "Aquella plaza se instaló en cuatro meses y se inauguró con tres corridas. Luis Mazzantini, el torero de moda, compartió cartel con su hermano Tomás como segundo espada. Poco tiempo después fue derribada", se señalaba por la cronista Elena Larriba y, según recoge Fortes Bouzán en su libro "Historia de la Ciudad de Pontevedra", "en 1896 se recibió en el Concejo una petición de Daniel Ramón García para construir una plaza de piedra, a cuyo fin se solicitaba la cesión gratuita del terreno de San Roque, donde se había instalado la anterior de madera".


La solicitud fue aprobada el 5 de noviembre de aquel año, aunque el proyecto estuvo parado hasta 1899. Fue entonces cuando un grupo de entusiastas decidieron reimpulsar la obra. Constituyeron una junta de promotores de la ansiada plaza y crearon una sociedad por acciones. Entre esos entusiastas estaban Felipe Ruza, Apolinar García, Celestino Reguera, Mariano Briones, Prudencio Landín, Antonio Vázquez, Heliodoro Fernández, José Quiroga, Vicente Señoráns, Fernando Olmedo, Valentín Peña, Evaristo Cuíñas, Diego Estévez, Teodoro Gallego y Eduardo Barros. Relata Landín que "no se reunió dinero bastante para la plaza, pero esta dificultad fue vencida gracias al contratista Domingo Malvar, que aceptó en acciones el resto del importe de la obra. Esas acciones tenían un valor de 50 pesetas" y entre los primeros desinteresados colaboradores estarían Riestra, Besada, Vicenti y Becerra Armesto. El arquitecto Siro Borrajo dirigió las obras, que comenzaron el 8 de octubre de 1899 a ritmo de pasodoble interpretado por la Banda del Hospicio. Diez meses después se inauguró la plaza, el 12 de agosto de 1900, día de la Peregrina, con una corrida de los diestros Emilio y Ricardo Torres, apodados Bomba y Bombita, que lidiaron toros de Salas.

Como bien recordaba la cronista Elena Larriba -hija del llorado Amador Larriba Nieto- hace diez años, en un excelente trabajo recopilatorio, "en sus muchos años de existencia pasaron por el coso de San Roque las máximas figuras del toreo, excepto Arruza, Belmonte, Manolete y Joselito", según recuerda Pedro Rivas, gerente honorífico de la plaza y buen conocedor de su historia. También tuvo los más ilustres espectadores, entre los que figuraron incluso los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Pedro Rivas, por cierto, defiende que "hay muchos mitos sobre la la tradición taurina de Pontevedra, como el paseíllo de Rafael Alberti en el año 27 cuando Ignacio Sánchez Mejía anunció aquí su retirada, o que aquella corrida presidida por reyes no fue más que una becerrada".
La presencia de famosos, tanto de personalidades de la esfera política como del mundo artístico y del ámbito social, sigue siendo hoy frecuente en los tendidos.
Recuerda también Elena Larriba que "con el paso de los años, la titularidad municipal del solar que ocupa la plaza fue objeto de debate, pero el Concello siempre evitó la posibilidad de entablar un contencioso con la empresa propietaria, entre otras cosas, porque nunca se planteó la reutilización de los terrenos para otros fines. Sucesivos alcaldes han optado por el entendimiento con los propietarios, actualmente los hermanos Lozano, sobre el uso compartido del coso para todo tipo de espectáculos mediante acuerdos verbales y convenios de colaboración".


La plaza de toros de Pontevedra, barrio de San Roque, en la primera mitad del siglo XX