A pesar de todo, sobreviviremos...
A PESAR DE TODO, SOBREVIVIREMOS
Me ha preguntado Guillermo, que sabe mucho de vida y muerte, si pasarán pronto estos tiempos de líos… con tantos chorizos, políticos mindunguis, locos que gobiernan el mundo, maltratadores, jueces sin ley, estafadores, deportistas defraudadores, empresarios tiranos, piratas económicos, piratas informáticos…
—– Perdona que te interrumpa. E que se nos foi o único que tiñamos nós: os valores. Xa non cremos en nada. Eu non sei sí sobreviviremos a esto.
—– ¡Sobreviviremos! Non te preocupes que sobreviviremos.
Porque crecimos mecidos por el viento de la montaña o jugando con las olas de nuestros dos mares, en tiempos mucho más difíciles… Porque aquí está también, para hacer posible el futuro, esta nueva generación a la que hemos encomendado la página que viene. Ellos son los que poseen el conocimiento de las tecnologías. Significan la iniciativa, la imaginación y la creatividad.
Pero también sobrevivirán el mar de bajura y los prados verdescentes; la industria que viene, las pymes, las grandes fábricas y los pequeños talleres; el comercio de aquí y las exportaciones con tienda propia…
Sin embargo… verás; mi verdadero deseo es que sobrevivamos también allá, en la Terra da Galeguidade que imaginariamente se extiende por los cinco continentes en los lugares donde también vive nuestra gente, la que se fue. Especialmente pido hoy con todas mis fuerzas que sobreviva esa Venezuela donde pasé algunos de los más felices momentos de mi vida.
LA MORRIÑA
También me preguntó el compañero si era verdad que existía la morriña, a su manera…
—– Eu creo que eso da morriña é un invento dos poetas coma ti, que non escribirás versos, pero con isa melena ben o pareces.
—– A morriña existe e consiste en sentir moito amor por ó país.
Nacer nació en la Galicia emigrante. Con acento caraqueño, charrúa, baiano, montevideano o mejicano. La morriña es la encargada de mantener viva la llama de la Galeguidade, aunque a veces dudemos sobre si ese fuego merece la pena mantenerlo encendido.
Sin embargo, ocurre que la morriña se encarga de devolver a los ausentes el paisaje del país entre la niebla, entre la lluvia o entre la bella claridad de la luz cárdena de los atardeceres. No te quepa duda, la morriña es quien une el tiempo que vivimos hoy con los más bellos recuerdos, aunque no solo es patrimonio de los gallegos, porque también la hemos visto en el rostro del inmigrante amigo, ya sea negro, blanco o amarillo. Ese que convive con nosotros en las calles de Bertamirans.
XERARDO RODRÍGUEZ

