Doblan las campanas de Santo Tomé) Entre Franco y Maduro
DOBLAN LAS CAMPANAS DE SANTO TOMÉ
No sé por quién doblan las campanas de Santo Tomé, esta otra mañana gris de un otoño que parece invierno. A mí estos toques lúgubres parroquiales me dan bajón y hasta me restan las escasas cualidades que me quedan. Tengo que aparcar el folk y meterme de lleno en las canciones del pleistoceno musical, cuando bailábamos desenfrenadamente los ritmos ye-yés. Ya me vale, pretender volver a aquella mi juventud.
En realidad, me pongo el pop para no escuchar los disparos de los cazadores contra los animales de mi bosque. Mayormente estos gichiños solo se enfrentan a perdices crecidas en la idiotez supina o a conejos sin escapatoria, pero cuando ven un jabalí delante, ya se acongojan los muy bestias. El domingo pasado siguió el bang-bang de las escopetas autorizadas por la Guardia Civil, que no entiendo yo como se puede dar permiso para matar animales. Además, estos tipos te echan de tus montes, que a ver quién es el guapo que hace senderismo en un día como hoy, con locos disparando detrás de las piedras.
Así que mejor me quedo en casa, asomado a la ventana a esperar el sol, porque las raioliñas nunca fallan en la Galicia Única.
ENTRE FRANCO Y MADURO
Algunos comentaristas comienzan a ver escasas diferencias entre un dictador que es del siglo pasado y otro que lo es de esta modernidad tan políticamente incorrecta. A mí, llegados a un punto me importan poco las diferencias, que tanto Franco como Maduro son dictadores además de por sus actos por sus obras. Lo que me revienta de esta situación actual es la tibieza con la que hablan los del PP de la dictadura franquista y como se pasa esa izquierda que se sitúa en el extremo opuesto defendiendo el absolutismo bolivariano.
Es tan deleznable esa sombra alargada de Franco que se cierne sobre algunos asuntos importantes de estado como considerar a Maduro un líder del pueblo y golpista a su rival política más carismática.
La derecha y la izquierda española están perdiendo una magnífica oportunidad para dejar claro que no están ni con la fachería del pasado ni con la locura del presente. Si no actúan racionalmente se alejarán de sus votantes.
Que a estas alturas de la película exista una Fundación Francisco Franco en España tiene bemoles, pero es peor aún que algunos intenten crear una ruta de peregrinos fascistas.
XERARDO RODRÍGUEZ

