Aquella mañana del 8 de mayo, se me había levantado la paletilla y cobré ánimos suficientes para caminar por el parque, rodeando el río Ameneiral. Me llevé una gran alegría al ver como baja con su caudal de primavera, mientras en media España buscan soluciones para la sequía.



— Eso pasa por el sur, en el norte no tenemos ese problema.

— Pero podríamos tenerlo si los regatos bajasen vacíos, como ocurrió años atrás.

Los ríos menores son los que nos indican como andamos de agua en Galicia y cuál es su calidad. Cuando los augurios meteorológicos hablan de nuevos calores y poca lluvia antes de que llegue el verano, yo me acerco a los regatos de mi proximidad, especialmente al Riamonte; si bajan llenos en los primeros diez días de mayo seguirán así hasta llegado julio, lo que quiere decir que por aquí no moriremos de sed ni en agosto.

LA BUENA EDUCACIÓN



Digo otra vez ¡Buenos días! -alto y fuerte-, pero el hombre calla. Está afanado leyendo en el móvil las mismas noticias que le contaron ayer. Cansado de tanta mala educación, le pregunto…

—- Oiga, señor, ¿le cuesta a usted mucho dinero responder a mi saludo?

Y entonces sí me contesta…

—- ¡Es que no oigo bien!

Se trataba de un senior, no era ninguno de los dos jóvenes que paseaban a sus perros mientras escuchaban, con los cascos a todo volumen, esa música que importamos de los barrios de Nueva York para encumbrarla y olvidar la de nuestras raíces.

Perla es la más pequeña de las perras y la estrella del parque. Siempre me saluda con afecto e intenta subírseme a las barbas, mientras su compañero Patán ladra que ladra porque la blanca caniche dejó de jugar con él.

Desde mañana saludaré a los perros, porque son mucho más educados que sus dueños y pasaré de largo ante quien sostenga cualquier aparato infernal en la mano.

GENTE ODIOSA


Peor que la indiferencia es el odio. Se ha instalado en nuestra sociedad donde ahora vemos enemigos en vez de rivales. Tengo la impresión de que estamos en guerra no por la invasión de Ucrania, si no por las crónicas de los periódicos. Por esos artículos que pretenden hablar de deportes, de política, de cultura… y terminan contándonos como se odia la gente. Las buenas personas parece que se han ido todas de viaje cansadas de tanto rencor. Lo digo en serio, nos han roto el amor:

El año pasado se han celebrado menos de sesenta mil bodas hasta julio y se han separado en el mismo período 115.000 parejas. ¡Ya no comemos perdices!

Pienso que la causa del odio es el mal ejemplo y la mala educación. El hecho de que un futbolista tenga que repeler una agresión verbal racista de tres ultras en un estadio de primera división ya te indica hasta qué punto se ha instalado el insulto en la España de los poetas. El hincha llamó negro hijo de puta a uno de los suyos, a uno de los que se supone apoyaba siempre. No hace mucho, los hinchas ultras respetaban al rival, ahora odian incluso a los de su equipo cuando fallan.

Esa es la mala educación rayana en el fascismo que se nota, principalmente, en la política. De las bocas de los portavoces de los partidos salen a diario esos insultos, la semilla del odio social. Los dirigentes públicos han perdido la compostura y ya no son un ejemplo para nadie. Porque ningún ciudadano quiere escuchar esa oratoria barriobajera que se oye en los parlamentos donde nos representan. Los ciudadanos que les elegimos deberíamos ignorarles, deberíamos no votarles.

LA VIDA SEGÚN KUCZYNSKI

Pawel Kuczynski es uno de mis filósofos favoritos. Nació en Szczecin, Polonia y se graduó en Bellas Artes por la universidad de Poznan. A sus 46 años, supera la centena de premios internacionales por sus ilustraciones satíricas. Esta es una de ellas…



—- Los jóvenes están cada vez más enganchados a la tecnología y son irrespetuosos, no colaboran en sus casas y sus madres están atadas a ellos como sirvientas.
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XERARDO RODRÍGUEZ 
www.galiciaunica.es

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