EL PAÍS DE LAS MIL FIESTAS

Todas las publicaciones destacan este año el número de festivales, conciertos y demás actuaciones artísticas que se celebran en Galicia. Esto, además de las romerías de siempre, las verbenas y las fiestas gastronómicas. Yo no me atrevo a hacer un cálculo, pero este verano la gente no para. La de aquí y la de allá… va de sarao en sarao, en el que no faltan ni las estrellas mundiales como Jennifer López, ni nuestros clásicos como Miguel Bosé, ni nuestros propios, ni las figuras emergentes, ni los mejores gaiteiros del mundo, ni los rockeros que nunca mueren, ni los de los Cuarenta Principales, ni las bandas de música tocando el pasarrúas del día del patrón. 

Cuando organizamos aquel primer concierto internacional que se celebró en el país, con el grupo Camel en cabeza del cartel, no pensábamos que Galicia iba a ser líder del turismo de eventos festivos en Europa. Porque no hay país del continente que nos supere y son muy pocos los artistas internacionales que no han recalado con su música en alguno de los auditorios gallegos, tan variopintos como nuestro propio paisaje.

Para que luego digan por ahí que somos lánguidos y tristes de carácter. Al contrario, a nosotros el cuerpo siempre nos pide fiesta.

BIDONES RADIOACTIVOS CON FUGAS A 300 MILLAS DE FISTERRA

La expedición francesa Nossum acaba de terminar su misión en la Fosa Atlántica, en dónde localizaron 3.350 bidones radioactivos con algunas fugas que no dieron lecturas de excesiva radiación. 20 científicos franceses, noruegos, alemanes y canadienses utilizaron el robot Ulyx para llevar a cabo las mediciones y obtener fotografías del estado en el que se encuentran esos barriles.

En una rueda de prensa ofrecida en Brest, los científicos contaron que “los residuos están en un estado de conservación variable, con superficies corroídas y colonización por anémonas”. En algunos detectaron “fisuras y fugas visibles de material de naturaleza desconocida, probablemente alquitrán”.

Esa porquería la tenemos los gallegos a 300 millas del cabo Finisterre. Francia, Reino Unido, Suiza, Alemania y Países Bajos descargaron sus desechos radiactivos en la Fosa Atlántica desde 1940 hasta la prohibición internacional de los vertidos, en 1993. 

Xerardo Rodríguez