En la pasada noche, que aún es de paz en Ucrania, he visto cuadros que me ponían los pelos de punta y acrecentaban mi anticapitalismo: una anciana con alzhéimer a punto de dejar este mundo… un matrimonio joven en paro con tres niños de 1, 2 y 4 años… un pensionista que cobijaba bajo su techo a dos hijos y cinco nietos… De repente… ¡Todos a la puta calle! Nadie evitó estas escenas propias de hace medio siglo. 

Aún suceden estas cosas, pero solo salen en contados periódicos de “provincias” porque ya no hay plataformas que defiendan la dignidad de las personas ni se escuchan gritos en la calle diciéndonos que “sí se puede”. ¡Y luego se quejan los puristas de la información porque unos ganaderos entran violentamente en el pleno del ayuntamiento de Lorca! 

El problema sigue siendo el mismo de siempre: nos rodean los capitalistas de mierda, homínidos incultos que solo saben distinguir el dólar del euro, los mismos que han tirado sus valores por la borda de su enorme barco de recreo. 

Portugal tiene la esperanza de que Antonio Costa acabe con los abusos, pero en España parece no existir un Merlín que nos invite a soñar, ahora que, la ancha Castilla que anexionó a León a su autonomía, trata de elegir un nuevo chamán de entre los que se conocen la fórmula del bienestar común… ¿Lo hay?

XERARDO RODRÍGUEZ, director de "GALICIA ÚNICA"