La Escuela Habanera, suicidios en Venezuela, pagan más los muertos y... la meta final
LA ESCUELA HABANERA
Para los cubanos que habitan entre nosotros la habanera es la nostalgia hecha canción. Para los gallegos nacidos en la Terra Chá la habanera es la única y vieja escuela a la que tuvieron acceso sus padres, fruto de la generosidad de sus abuelos emigrantes.
La Escuela Habanera de Roupar es el mejor símbolo de un pasado de angustias que vivió Xermade y también la mejor muestra del reconocimiento a quienes abandonaron el país en busca de la vida, en la primera mitad del siglo XX. Este hermoso y emblemático edificio fue costeado por los emigrantes de Roupar para que sus hijos tuvieran acceso a una cultura que a ellos les había sido negada.
Hoy en día, esta Escuela Habanera, excelentemente restaurada, es el centro que alberga cuantas actividades socioculturales se desarrollan en la parroquia de Roupar de Arriba, en Xermade , uno de los municipios de mayor interés turístico, social y cultural de A Terra Chá.
SUICIDIOS EN VENEZUELA
Me cuenta mi amigo Castro, desde Caracas, que esta semana se ha suicidado un amigo suyo “porque se quedó sin insulina”. Yorelis Acosta, que es psicóloga de origen gallego, dice que en la capital de Venezuela se suicida una persona cada día como consecuencia de la desesperación. No hay datos oficiales, porque estas muertes se contabilizan como una enfermedad y se pierden en las cifras totales, pero es espantoso que esto les suceda a personas que se han pasado toda la vida trabajando fuera de su patria. Y Venezuela era el país más feliz del mundo…
PAGAN MAS LOS MUERTOS
Lo que resulta curioso es el dato de recaudación del ayuntamiento de A Coruña: pagan más a las arcas municipales los servicios para los muertos que las licencias de obra que se conceden para las viviendas que ocupen los vivos. Los servicios funerarios proporcionaron 703.000 euros al concello, mientras que las licencias urbanísticas aportaron al presupuesto 498.000 euros. Ya te lo dije, en Galicia nunca falla el negocio de la muerte.
LA META FINAL
Para terminar hoy la crónica déjame que te envíe la bella postal final de cada día. Te cuento.
Hay un camino xacobeo que lleva hasta el paisaje de roca gigante y marina, donde el atardecer rueda hacia el infinito desde el viejo faro, en el que se produce el rito final; el que obliga a quemar las ropas impuras, en la hoguera de la incandescente eternidad.
El Camino del Fin de la Tierra atrajo siempre a peregrinos capaces de derrotar fantásticos ejércitos imaginarios en el trayecto de nieves, lluvias, nieblas y soles de invierno, de los caminos ibéricos que unen Compostela y Europa.
Además, hay un sabroso camino a Fisterra, que nos ofrece algo más que el pan y el vino. Aquí hemos de probar el percebe y la navaja, exquisitos introductores de un menú que sabe a mar infinito, a delicioso mar; un menú en el que los pescados complementan una cocina marinera única… Es un sabroso motivo para acompañar al peregrino hasta la meta final…
Xerardo Rodríguez




