La lluvia que certificaban como muy altamente probable los meteorólogos no se hizo presente en las horas centrales de la jornada de este viernes, San Juan, en la ciudad de Braga, que honraba en su día grande a su tan querido São João

Fue poco menos que un milagro, porque pese a amenazantes por momentos, los cielos aguantaron a lo largo de la jornada y hasta el crepúsculo casi. Había en el ambiente angustia, pena grande, por si no podía salir a la calle el tan querido "São Joãozinho" en los actos centrales y más importantes del día. Sería el tercer año que no podía estar con sus devotos, tantos y tantos, que en Braga tiene. Pero... contra todo pronóstico, aquello aguantó, los cielos no descargaron la no poca agua prevista y São João salió a las calles de Braga, en medio del fervor y respaldo de miles y miles de personas que se agolparon en todo el recorrido.

Fue así cómo a las cinco en punto de la tarde, el presidente de la Câmara Municipal de Braga, Ricardo Rio, acompañado de varios vereadores y del presidente de la Comisión de Fiestas, acudió a la capilla-iglesia de São João de Souto, en el centro de la ciudad, para cumplir con la tradición : pedir a la Cofradía de São João, que custodia la imagen del Santo, que -como cada año- accediesen a llevar por las calles la hermosa talla de San Juan, hasta la misma Catedral de Braga. Se constituyó así un cortejo de traslado de la imagen, integrado por la importante Cofradía de São João, las autoridades municipales, la Banda de Música de Cabreiros (freguesia de Braga) -que constantemente interpretaba el "himno de São João de Braga"- y no pocos populares (espontáneos y gentes del pueblo). Y allá fueron, con el Santo en hombros por las calles céntricas hasta llegar a la Catedral, donde les recibiría el Cabildo catedralicio y todos los muchos que allí se estaban preparando para integrar y organizar media hora después, la magna procesión de S. João de Braga, una de las más imponentes de Portugal fuera de la Semana Santa.

En ese traslado de la imagen desde su capilla-iglesia donde pasa todo el año, hasta la Catedral, es momento muy emotivo cuando ya cerca de la Catedral, en el llamado "Largo do Paço", ante un inmenso gentío, la imagen de São João se detiene, mientras miles de pétalos de flores le son arrojados y un coro impecablemente alineado y excelentemente afinado, canta de modo solemne -otra vez- el himno de S. João de Braga. Luego, el Santo parte ya camino de la Catedral y con el va el cortejo que le acompaña.

Estas magníficas fotos de Araújo Maceira nos dan cuenta del traslado de la imagen de S. João, por las calles centrales de Braga, a las 5 de la tarde, camino de la Catedral bracarense.

Disfruten ustedes...