¿ERES DE BRONCANO O DE MOTOS?

— ¿Y sigues viendo la tele ahora que te jubilaste?

— Veo todos los programas que me divierten, que son pocos. Me hice, como Gloria, fan de Broncano, porque me transmite frescura; es como si me invitara a cenar unas xoubiñas con pimientos de Padrón, que a veces pican y otras no.  También veo cosas de TVG, algunas sumamente interesantes y ese programa verbenero en el que mi amigo Antón Reixa me hace reír. En mi casa no se ve a Motos desde tiempos inmemoriales porque es cansino, aburrido, diría que incluso monotemático.

— ¿Y eso?

— Creo que para enterarse de la cosa política sobra el Telediario y las noticias hay que leerlas en los buenos periódicos, a poder ser en papel, para tener que lavarte las manos después de mancharlas de tinta. Además, sus invitados no son de mi interés.

— ¿Y cómo puede estar veinte años en pantalla?

— Porque no había otro hasta que Elena Sánchez descubrió a Broncano en “La Resistencia” y decidió, muy bien decidido, que aquello sí era televisión pública.

— A ver como justifican los genios del consejo de administración de RTVE que la obligasen a dimitir por haber conseguido al líder de audiencia de lunes a jueves.

— Eso digo yo.

— Es que en ese órgano pasa como en la UGT: les gusta cantar coplas de anticuario…

— En fin, parece que los teleadictos van a menos.

— Sobre todo desde que llegaron las plataformas con buenas series y mejores películas.   

(Este es el compendio de una larga charla con un antiguo colega que fue director de programas en mi época de TVG. No se si tú estarás de acuerdo porque la política influye mucho en las opiniones, incluso en la frugales).