¡VAYA CRISTO!

Un dios hindú ha cabreado tanto al pastor de los cristianos de Cádiz y Ceuta que hizo dimitir al vicario general de esta última ciudad. Por lo visto, ambas divinidades son incompatibles para el señor obispo. Está indignado porque Ganesh entró acompañado de la comunidad hindú ceutí al Santuario de Santa María de África, la patrona de Ceuta.

Según los hindúes –el dios Ganesh no hizo declaraciones- de lo que se trataba era de rendir homenaje, juntos, “como hermanos que somos”, a la excelsa Patrona de la ciudad y no se esperaban “tanto alboroto”.

Monseñor declaró…

—- Siento el más profundo dolor por este hecho que ha podido herir, escandalizar o confundir en su fe a la comunidad cristiana.

Nos quedó claro a todos que los dioses son incompatibles y menos cuando de por medio está una virgen. Puede que eso explique lo de Alá y la Santisíma Trinidad. Dicho sea, con todos mis respetos a las comunidades musulmana, hindú y cristiana.

MEMORIA HISTÓRICA DE DOS JÓVENES ESPAÑOLES

Esto que te cuento hoy es tan real como la vida misma y estuvo protagonizado por dos jóvenes concursantes de Antena 3. Arturo Valls, el presentador, les iba dando pistas y tenían que adivinar –uno antes que otro- un acontecimiento histórico.

Así fue el diálogo…

—- VALLS: Sucedió en el siglo XX…

—- (No hay respuestas)

—- VALLS: Conflicto social, político y bélico.

—- (Silencio)

—- VALLS: ¡La Pasionaria!

—- Uno suspira y otro se calla.

—- VALLS: Inspiró el Guernica a Picasso…

—- Ambos jóvenes miran al cielo y no dicen nada.

—- VALLS: Hubo un alzamiento…

—- Uno balbucea, el otro sigue mudo.

—- VALLS: Tuvo lugar en España…

—- CONCURSANTE A: ¿El levantamiento del 2 de mayo?

—- VALLS: Dio paso a una dictadura…

—- Se callan los dos.

—- VALLS: ¡Válgame Dios! ¡Nacionales y republicanos…!

—- CONCURSANTE B: ¿El 23 F?

—- VALLS: ¡Madre mía! ¡Paró la Liga de Fútbol!

—- CONCURSANTE A: ¿La Democracia?

—- VALLS: (Echándose las manos a la cabeza) ¡Muchos se exiliaron!

Por fin…

—- CONCURSANTE B: ¡La guerra civil!

Te parecerán dos burros, pero este asunto se hizo viral porque alguien dijo que la mayoría de los jóvenes que acababan el Bachillerato en España desconocía nuestra historia más reciente. Y eso sí que es verdaderamente lamentable… Tengo un amigo profesor de Instituto que me corroboró que “de eso no se habla ya”. Así, los jóvenes españoles desconocen que hubo una guerra con un millón de muertos que dio origen a un golpe de Estado que duró nada menos que cuarenta años.   

LÚGH VAGA POR LOS MONTES DE COVELO

En un recorrido reciente por la sierra del Suido volví mis pasos hacia un día de hace tiempo en el que mi amigo el que fuera alcalde de Covelo, Pepiño Costas, que su dios le tenga en la gloria, en su afán de maravillarme con el paisaje de su municipio, hizo que me encaramara a la loma donde se erigió una capilla a la Virxe da Xestosa, enclavada a pocos metros de dónde nace el río Tea. Llegar es complicado, pero merece la pena por dos motivos: por la perspectiva que alcanzas y por la mitología que envuelve este lugar. Por lo de pronto no ves ni un alma ni una sola construcción en muchos kilómetros a la redonda, pero tiene la zona ese halo milagreiro, de misterio, que rodea a todas las creencias populares de esta Galicia Única.

La capilla es sobria, una construcción pobre y sin más interés arquitectónico que la curiosidad que despierta el saber quién tuvo la ocurrencia de erigir aquí este templo. Al parecer se levantó a principios del siglo IX, pero este lugar, dicen los cronistas paganos, ya era para los galaicos y los celtas un sitio de culto.

Aquí adoraban al Dios Lúgh, que iluminaba el Más Allá desviando los rayos del sol. Lúgh tuvo una gran descendencia según la mitología galaica y aún hoy pasean por la sierra, cuando el sol se esconde, el Dios, sus hijos y los hijos de sus hijos, disfrutando de la inmortalidad. Yo, sinceramente, no le he visto en aquella ocasión, pero mi amigo Xesús Lence, el cabrero de Avión, dice que incluso habla con ellos cuando está de pastoreo. Y es lógico que hables con los dioses sino tienes humanos con los que conversar. ¿O no?

Xerardo Rodríguez